Rebiya Kadeer es la líder de la minoría uigur (China) en el exilio. El pasado 6 de abril, en una rueda de prensa en la sede de Amnistía Internacional España (AI), en el marco de la presentación del informe “Voces contra el olvido”, Kadeer dio comienzo a su intervención diciendo lo siguiente: “Les estoy hablando de parte de 20 millones de uigures cuyas voces no están siendo escuchadas. Durante 62 años –desde la ocupación china– los hombres y mujeres uigures no han disfrutado de ningún derecho”.
Rebiya Kadeer formó parte de la Conferencia Consultiva Política Popular de China y en 1997 creó el Movimiento de las Mil Madres para promover los derechos de las mujeres pertenecientes a las minorías étnicas en China. Por su ardua defensa del pueblo uigur, el gobierno chino la condenó a 6 años de cárcel. Su marido fue condenado a nueve años, al igual que dos de sus hijos. En 2005 fue puesta en libertad, aunque varios miembros de su familia viven bajo arresto domiciliari
o. “Tras mi liberación he intentado representar al pueblo uigur para que los gobiernos occidentales presionen al gobierno chino”, aseguró.
Al recordar el período que pasó recluida, Rebiya Kadeer afirma: “He sido sometida a una torturas horrendas simplemente por trasladar de forma pacífica como parlamentaria las quejas del pueblo uigur”.
El 5 de julio de 2009 el pueblo uigur tomó las calles para pedir libertad y democracia para su pueblo. Las fuerzas de seguridad chinas aplastaron este movimiento por los derechos de esta minoría étnica que, tal y como afirma su líder, tiene “una historia, una cultura y una lengua propias” dignas de defender.
La persecución y represión tras los hechos de 2009 prosiguió y el resultado son “miles de personas desaparecidas y encarceladas”. Según el propio gobierno chino, desde julio de 2009 ha habido 296.000 casos políticos. Kadeer aseguró que desde 2010 se han ejecutado 44 condenas a muerte a uigures, 10 de ellas durante el pasado mes de marzo. La líder uigur, atribuye al gobierno chino, el “deseo de eliminar este pueblo mediante el poder ejercido por el Estado”.
Kadeer instó al gobierno y a la ciudadanía española a tomar los Derechos Humanos más en serio, aumentar la presión sobre China convirtiéndose en “la voz de los que no tienen voz”.
En la misma rueda de prensa organizada por AI participó Helena Moreno, activista y esposa de Mustafá Setmarian, un ciudadano español desaparecido en 2005 en Pakistán en el contexto de la “guerra contra el terror” emprendida por Estados Unidos y secundada por varios estados miembros de la OTAN tras los atentados del 11-S.
Moreno lleva más de cinco años sin tener ninguna noticia de su marido que fue apresado por agentes paquistaníes después de que en 2004, el Departamento de Estado estadounidense lo vinculara con Al Qaeda y ofreciera una recompensa de cinco millones de dólares a cambio de información sobre su paradero. Helena Moreno recuerda así el momento en que se le comunicó la detención de su marido: “Recibí una llamada de teléfono en la que se me informaba de que mi marido había sido detenido o, más bien, secuestrado”.
Desde entonces, Helena Moreno solamente ha recibido una carta del gobierno español en la que se aseguraba que se tenía conocimiento del caso y que se estaba trabajando en ello, pero no ha vuelto a recibir más información al respecto. Según explicó ella misma, en marzo de 2010 tuvieron lugar varias reuniones entre Moreno y funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y algunos miembros del Parlamento español, en las que la activista demandó acciones concretas y efectivas para conocer el paradero y el estado de su marido: “Pido en nombre de mi marido –ambos como ciudadanos españoles– que el gobierno español me diga qué está haciendo”. Por el momento, dichas reuniones siguen siendo totalmente infructuosas.
“Ojalá yo pudiera decir que mi marido está en Guantánamo; yo no sé dónde está”, afirmó Moreno que finalizó su intervención reivindicando la importancia de los Derechos Humanos : “Tengo la sensación de que el gobierno español sigue ‘dormido’ en esta materia”.