Acaban de divulgarse lo resultados del trabajo 'Europe’s Lost Patients' (Los Pacientes Perdidos de Europa), en el que se aborda el impacto que la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE) y otras enfermedades crónicas tienen sobre la salud, la productividad y la calidad de vida de los europeos.
El documento concluye que muchos europeos están “perdidos” en sus sistemas de salud y en consecuencia, sufren el impacto de la enfermedad en sus vida diaria. También indica que incluso aquellos que están diagnosticados y tratados se enfrentan a niveles diferentes de acceso a los cuidados y las diferentes opciones de tratamiento, y, además, a muy diferentes costes de tratamiento dependiendo de cada persona.
El informe ha sido publicado por el Centro de Análisis Político, con sede en Londres y la Universidad de Barcelona, con el patrocinio de AstraZeneca. En él se revisan las enfermedades crónicas no mortales que, si se abordan mal, llevan a complicaciones de salud a largo plazo. Estas patologías, afirma el informe, representan una considerable carga diaria para los sistemas públicos de salud.
Con una particular referencia a la ERGE, que afecta aproximadamente a entre un 10 y un 20 por ciento de la población occidental, los autores han considerado las políticas de acceso a la salud y a los tratamientos en Europa con las que se responde a la mayoría de las necesidades de la población enferma.
Por su diseño, estas políticas no satisfacen las necesidades de los pacientes que sufren los síntomas más graves y requieren terapias más potentes –el grupo calificado como 'Pacientes Perdidos' (Lost Patients)-. Sin embargo, a lo largo del tiempo, el impacto económico del deterioro de la salud de este grupo de la sociedad puede superar rápidamente los costes del tratamiento preventivo.