Para quien quiera disfrutarlos, hay un premio de 14 años de vida a cambio de cuidarse. Lo dice un estudio en el cual se ha analizado el estilo de vida y la longevidad de 20.000 personas a lo largo de un periodo de diez años.
Quienes no logran deshacerse de las malas costumbres, por contra, tienen cuatro veces más probabilidades de fallecer de forma prematura.
La esperanza de vida mejora al cumplirse estas premisas, independientemente de que las personas sean delgadas o gruesas, tengan más dinero o sean más pobres. El trabajo, conocido como Biblioteca Pública de Ciencias Médicas (Public Library of Science Medicine), sugiere que son estos sencillos cambios los que pueden determinar cuántos años vivamos.
En el proyecto de investigación han colaborado expertos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y del Consejo de Investigación Médica del condado de Northfolk, que han trabajado juntos entre 1993 y 2006.
Los participantes tenían edades comprendidas entre los 45 y los 79 años. Socialmente, era un grupo heterogéneo, aunque la mayor parte de ellos era de raza blanca, y todos estaban sanos en el momento de incorporarse al estudio.
A cada individuo se le dio un punto por cada uno de los siguientes logros: abstenerse de fumar, consumir entre 1 y 14 unidades de alcohol a la semana (el equivalente a medio vaso y siete vasos, respectivamente), comer cinco raciones de fruta y verdura al día y realizar una cierta actividad física.
Esta última categoría se definió como realizar media hora de ejercicio al día, o simplemente tener un trabajo no sedentario (enfermeras y fontaneros, por ejemplo).
Los científicos observaron que quienes tenían cuatro puntos o más tenían también menos probabilidades de fallecer en el periodo del estudio que los que estaban a cero o por debajo de cuatro.
Además, observaron que los individuos de 60 años sin ningún punto tenían el mismo riesgo de muerte que los de 74 años.