La menor, llamada Sara, permaneció retenida durante casi tres años por la familia de su padre, perteneciente a un grupo terrorista chiíta, y durante estos años prácticamente olvidó el castellano.
En declaraciones a los medios, la madre de la menor, Leticia Moracho, afirmó que el regreso de su hija “más que un triunfo ha sido un milagro” y aseguró que la niña se encuentra bien aunque impactada, porque “ha vivido tres años en el infierno”.
“Ella me mira y me sonríe. Poco a poco va despegando las alas. Me supongo que allí le habrán dicho de todo sobre su madre, que no es musulmana, come cerdo, que es una infiel, que bebe cerveza”, indicó.
Durante el viaje, permanecieron escoltados “en todo momento” por las fuerzas de seguridad. Viajaron en un helicóptero del ejército británico, e incluso les alertaron de que podrían ser tiroteados. “Cuando he llegado me he puesto a recapacitar y realmente hemos estado en peligro”, comentó.
Leticia viajó acompañada de un equipo de periodistas hasta Bagdad, donde pudieron probar frente a un juez la falsedad del acta matrimonial en la que el padre se apoyaba para conseguir la custodia de su hija.
“Pudimos demostrar a un juez de Basora los puntos en los que estaba falsificada. Le detuvieron y le metieron en la cárcel, y entonces empezaron las negociaciones con la familia de él”, explicó el periodista y portavoz de la familia Javier Ángel Preciado.
Finalmente, pudieron sacar del país a la pequeña gracias a la ayuda del embajador de España en Irak, ya que la menor no poseía pasaporte y el embajador le proporcionó un salvoconducto. Ahora, Sara ha regresado a España vistiendo un pañuelo islámico en la cabeza. “Yo no la voy a decir que se quite el pañuelo, no quiero agredirla psicológicamente, y si no se lo quiere quitar tampoco me importa”, explicó.
La madre señaló que es probable que la menor sea visitada “por un psicólogo”, y añadió que lo primero que hará será “un chequeo médico”, ya que le faltan varias vacunas.