El Real Madrid es lo más parecido a una montaña rusa. Tan pronto utiliza la magia de sus estrellas para devolver a la ilusión del Santiago Bernabéu como cae en los errores de antaño y se complica la vida. El partido contra el Almería fue un fiel reflejo de ello. Los blancos en la primera mitad encandilaron con su juego, pero en la segunda parte pasaron de doctor Jeckyll a mister Hyde y se metieron en un problema del que salieron con un nuevo ataque de locura.
El comienzo de partido no hacía presagiar tan fatídico final. El Real Madrid saltó al campo dispuestO a ganar y a enamorar. Cosa que logró bajo la batuta de Granero y Van der Vaart, que dieron al Madrid una gran fluidez a la hora de mover el esférico. Por ello, poco tardó Alves en convertirse en el gran protagonista del encuentro con sus paradas. Los merengues hicieron un acoso y derribo sobre la meta del brasileño hasta lograron abrir el marcador en el minuto 39 gracias a un testarazo de Sergio Ramos.
Pero, con la ventaja en el marcador, el Madrid no cerró el partido y Hugo Sánchez demostró en la segunda mitad a los locales que quien bien te quiere te hará llorar. El Almería, desaparecido en toda la primera mitad, logró dar la vuelta al marcador con dos chispazos nada más comenzar el segundo acto. En el 58 Soriano estableció las tablas con un lanzamiento cruzado y en el 62 Uche puso por delante a los rojiblancos tras un saque de esquina.
Remontada blanca
Sin embargo, el Madrid reaccionó al golpe y se levantó. Los merengues han convertido en un arte los partidos ligueros en los que se mueven en el alambre y decidieron renunciar al juego para utilizar otras armas para remontar: la casta y el corazón. Así Higuaín, un experto en estas lides, logró el empate en el 73 tras revolverse dentro del área.
Nueve minutos después, Benzema culminó la remontada después de recoger el rechace de un penalti que le había atrapado Alves a Cristiano Ronaldo. En medio de esta locura colectiva, el luso en dos minutos pasó de villano a héroe y viceversa, pues en el 84 marcó el definitivo 4-2 y acto seguido fue expulsado por doble tarjeta amarilla. Así el Real Madrid suma tres puntos que le permiten seguir la estela del Barça con la heroica de costumbre y el mismo mal juego de siempre.