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Rigoberta Menchú, lucha política por los indígenas

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Durante el encuentro mantenido por la Iniciativa de Mujeres Premio Nobel en La Antigua (Guatemala), Menchú se dirigió a los medios españoles para exponer su nuevo proyecto político. “El sueño más grande para mí es lograr este partido, ya que en todas las luchas de este país siempre han salido ganando los no indígenas”.

Tras el fracaso de Encuentro por Guatemala (EG), su anterior partido político que no llegó a alcanzar el 4% de los votos en las elecciones del 2007, su intención es la de crear una nueva formación política que permita a su movimiento por la defensa de los derechos indígenas presentarse a las elecciones presidenciales guatemaltecas de 2011.

Para ello, reclamó el apoyo de la comunidad internacional, a la que pidió que “dé una oportunidad a este movimiento político” ya que, según agregó, “no se puede aplazar más la participación de los pueblos indígenas […] deben entender que no puede existir una Guatemala monocultural, monolingüe y monoétnica; no vamos a aguantar más el racismo”, sentenció.

Expresó además su ilusión por viajar a España para presentar su proyecto cuando éste esté suficientemente desarrollado. Según explicó, la asamblea general del partido tendrá lugar en 2010, ya que ahora el proceso se encuentra en la recogida de adhesiones, que calculó entre 40.000 y 60.000.

La activista en favor de los Derechos Humanos resumió los propósitos de su partido en dos: la consecución de “equidad étnica y de género”. Winaq pretende ser el primer partido guatemalteco en lograr estos valores y como primer paso recalcó que el 45 % de los dirigentes nacionales y locales de Winaq son mujeres.

Sobre la situación de Guatemala, Rigoberta Menchú dijo que los ciudadanos “piensan que está todo perdido, que la democracia es solo un discurso y que nada va a cambiar”. “Es impresionante trabajar con un pueblo que tiene la autoestima tan baja”, agregó al tiempo que recalcó que esta situación se agrava por el hecho de ser mujer. “Las mujeres no quieren entrar en política porque son objeto de burla, de chismes y de ataques, incluso en su familia”.

Rigoberta aprovechó para denunciar la situación de impunidad que se vive en su país hacia la violencia hacia la mujer, así como al hecho de que hasta el día de hoy, los responsables de la “gran matanza” durante la Guerra Civil (1960-1996), no hayan sido juzgados.

Asimismo, acusó a las autoridades que han liderado el país desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1996 de “no haberlos cumplido”, sobre todo, en lo que afecta a los pueblos indígenas. Según Menchú, esta situación ha creado “un terreno fértil” para el crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción.