Con la vista puesta un día tras otro en los efectos de la DANA en Valencia, es inevitable preguntarse qué habría pasado ante una situación similar en nuestros territorios. Según los cálculos realizados por elDiario.es a partir de los datos cruzados del Catastro y el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables, en España hay más de un millón de hogares edificados en zonas inundables, un 4,3% de las viviendas del país, con el riesgo que eso conlleva ante posibles riadas u oleajes.
La Rioja no es una excepción. El mapa demuestra que hay al menos 17 municipios riojanos con edificios construidos en zonas inundables en un período de retorno de 100 años, es decir, que pueden padecer al menos una inundación durante ese periodo de tiempo. Se trata de Logroño, Haro, Briñas, Briones, San Vicente de la Sonsierra, Baños, Cenicero, Fuenmayor, Recajo, Agoncillo, Arrúbal, Alcanadre, Calahorra, Pradejón, Rincón de Soto, Arnedo y Alfaro.
Estos datos desvelan por ejemplo que en Logroño hay algo en torno a 650 viviendas construidas en zonas con riesgo de inundación, un 0,8% del total. En Calahorra son 72 viviendas, en Nájera 22, en Haro 16 y 14 en Alfaro o Santo Domingo. Llama especialmente la atención el caso de Arnedo. En este caso estaríamos hablando de 637 viviendas construidas en zonas inundables por el río Cidacos, cerca del 10% de las viviendas de todo el municipio.
Logroño trata de corregir los riesgos de sus zonas inundables
Pero es que además de viviendas, encontramos otro tipo de edificaciones, lugares de ocio, infraestructuras e incluso instalaciones y edificios públicos que se consideran en riesgo extremo. En el caso de Logroño, esta situación afectaría al complejo deportivo de Las Norias, el camping de La Playa, el frontón del Adarraga, toda la manzana completa del Rincón de Julio o las Bodegas Franco Españolas, además de numerosos edificios de pisos en las calles Segundo arce, Cabo Noval, Emilia Pardo Bazán y Concepción Arenal, todos ellos en el barrio de El Campillo.
Se consideran también zona de riesgo extremo las huertas de Varea, con todas sus casetas, y un buen número de pabellones del Polígono Cantabria, en el entorno de las calles Soto Galo y Las Balsas.
Esta situación de riesgo en el entorno del Ebro preocupan desde hace años a las diferentes corporaciones municipales. De hecho, hace unos días el Ayuntamiento de Logroño anunciaba la próxima licitación de las obras del Barranco de Oyón, un proyecto iniciado por el anterior gobierno socialista de Pablo Hermoso de Mendoza que tiene como objetivo reducir el riesgo de inundación en esa zona de El Campillo a la par que se recupera el cauce natural del río.
Se trata de un barranco que finaliza de forma abrupta en El Campillo para luego ir por su cauce natural hasta el río Ebro, por la zona del Pozo Cubillas atravesando la carretera vieja de Viana, el Camino de Santiago y la carretera de Mendavia.
El aeropuerto y el camping de Navarrete ya han sufrido inundaciones
El problema no se limita a Logroño. El aeropuerto de Logroño Agoncillo está contruido integramente en zona inundable, desde la pista a la torre de control o el edificio central de servicios. De hecho, son varias las inundaciones que han dejado inoperativa esta infraestructura desde su construcción. Algunas de las más llamativas fueron las de febrero de 2015 cuando una crecida del Ebro obligó a suspender los vuelos y cerrar el aeropuerto con lluvias que incrementaron el caudal del río de los dos metros habituales a los 5,5 metros, o la inundación del año 2019 que obligó a trasladar a todos los pasajeros a Pamplona.
En Haro, el popular Barrio de la Estación, donde se ubica la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo, es una de las mayores zonas inundables de la región y alberga también todo el entorno polideportivo de la localidad. Las crecidas del río Ebro han afectado a la zona en varias ocasiones.
Pero sin duda, los episodios más complicados en los últimos años en La Rioja por inundaciones se han vivido en el camping de Navarrete, también construido íntegramente en zona inundable. En pleno verano de 2018 todas las personas que se encontraban en el camping, unas 80 en total, tuvieron que ser evacuadas y alojadas en el polideportivo municipal por las lluvias torrenciales que causaron importantes inundaciones. Apenas tres años después, en los primeros días del verano de 2021, estas instalaciones tuvieron que ser de nuevo desalojadas tras quedar anegadas por una fuerte tormenta.
Además del de Logroño y el de Navarrete, también el camping de Casalarreina se encuentra en zona inundable y con alto riesgo. En esta misma situación se encuentran varias empresas de Albelda, una empresa de envases de Rincón de Soto y Bodegas Altanza en Fuenmayor. Precisamente la zona de Fuenmayor y Cenicero se ha visto afectadas varias veces por las tormentas y posteriores riadas.
En Arnedo, la situación de mayor riesgo se encuentra en toda la zona de casillas en el entorno del Cidacos y en varias viviendas del entorno de la calle Constitución y de la Plaza Nuestra Señora de Vico.