Riojavenatrix lacustris, un nuevo género y especie de dinosaurio con nombre riojano
La Rioja se está convirtiendo en un referente mundial para el estudio de los espinosáuridos, una especie de dinsosaurios carnívoros de tamaño medio a grande. Huellas y restos que se concentran en Igea, un municipio riojano que alberga importantes yacimientos paleoicnólógicos como la La Era del Peladillo o La Torre, que reúnen miles de huellas de dinosaurios y son un referente mundial. Y también en Igea se han hallado en los últimos años numerosos restos de esqueléticos de dinosaurios, y más concretamente de espinosáuridos. Hallazgos realizados por el equipo 'Garras' y en los yacimientos de la zona.
Los espinosáuridos son un grupo de dinosaurios carnívoros (terópodos) de tamaño medio a grande con unos caracteres anatómicos muy particulares: tienen un cráneo bajo y alargado con mandíbulas provistas de dientes cónicos, similar al de los cocodrilos modernos, y unos brazos largos y robustos con manos de tres dedos terminadas en poderosas garras, destacando por su gran tamaño la del dedo uno, el equivalente a nuestro dedo pulgar.
Algunos espinosáuridos poseían una vela dorsal. Los primeros restos fósiles de espinosáurido hallados en Igea fueron un fragmento de maxilar encontrado en 1983 y dientes aislados. Esos restos, junto con un esqueleto parcial recuperado en 2005, se asignaron al icónico dinosaurio inglés Baryonyx. Sin embargo, la revisión de este material indica la presencia de un nuevo género y especie de espinosáurido, al que se le ha dado el nombre científico de Riojavenatrix lacustris, convirtiéndose en el primer dinosaurio descrito en La Rioja.
Proviene del yacimiento “Virgen del Villar 1”, que está localizado a unos 5 km al sur de Igea, cerca del famoso “tronco fósil”. Fue excavado por José Ángel Torres y Luis I. Viera, miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, y Pachi Sáez-Benito, actual director honorífico del Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja en Igea (CIPLRI) e impulsor de varios estudios paleontológicos en la región.
Pachi Sáez-Benito explica que el nombre Riojavenatrix lacustris hace referencia a “la cazadora del lago de La Rioja”. Se trata de un antiguo lago donde se acumularon hace 120 millones de años los sedimentos que, convertidos en roca, han proporcionado los fósiles del nuevo espinosáurido y de otra fauna asociada, como peces óseos, tiburones, cocodrilos, tortugas o dinosaurios ornitópodos“. El primer dinosaurio descrito en La Rioja es un espinosáurido de unos 7-8 metros de longitud y una masa corporal estimada en 1,5 toneladas. Se trata de una forma bípeda, de hábitos principalmente piscívoros, aunque –como buen predador– también sería capaz de perseguir y alimentarse de presas terrestres. ”Es posible que pescara a sus presas en la orilla del lago“.
El estudio sobre Riojavenatrix se ha publicado en la prestigiosa revista inglesa Zoological Journal of the Linnean Society. Dicho estudio forma parte de la Tesis doctoral de Erik Isasmendi, investigador predoctoral en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y miembro del equipo “Garras”. En el artículo también han participado Elena Cuesta (investigadora postdoctoral en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio de Argentina y la Universidad de Ludwig Maximilian en Alemania), Ignacio Díaz-Martínez (Universidad de Cantabria), Julio Company (Universitat Politécnica de Valencia), Luis I. Viera y Pachi Sáez-Benito (CIPLRI), Angélica Torices (Universidad Complutense de Madrid) y Xabier Pereda Suberbiola (UPV/EHU).
“El nuevo género y especie, al que coloquialmente llamamos Britney, está basado en un esqueleto parcial, que consiste en restos de los miembros posteriores (fémur, tibia, fíbula, huesos del tobillo y falanges del pie) y de la pelvis (pubis e isquion), así como un resto vertebral” comenta Erik Isasmendi. “Presenta una combinación de caracteres anatómicos que lo hacen único y permite diferenciarlo de otros espinosáuridos, incluyendo Baryonyx.”
Con Riojavenatrix son cinco los espinosáuridos descritos en el Cretácico Inferior de la Península Ibérica. Los otros espinosáuridos ibéricos son Camarillasaurus en Aragón, Vallibonavenatrix y Protathlitis en la Comunidad Valenciana, e Iberospinus en Portugal. El estudio publicado pone de manifiesto que no es posible confirmar la presencia de Baryonyx en el registro ibérico. Los restos fósiles atestiguan que la península ibérica albergó un conjunto amplio y diverso de estos dinosaurios carnívoros. Para Elena Cuesta: “estos numerosos descubrimientos dentro de este icónico grupo nos plantean muchísimas nuevas preguntas sobre la ecología de estos animales, es decir, cómo convivieron estas especies entre sí, lo que nos lleva a replantearnos futuros estudios más detallados sobre los espinosáuridos de los que seguro se obtendrán resultados importantes”. La nueva especie riojana será clave para esto y para entender más sobre el origen y evolución de estos terópodos.
Para Xabier Pereda Suberbiola, uno de los directores de la tesis doctoral de Erik Isasmendi y director de excavación en Igea, “los fósiles descubiertos son de gran interés paleontológico y nos permiten poner a Igea en el mapa mundial de los espinosáuridos y de los dinosaurios carnívoros, en general”. Igea es actualmente una de las zonas con mayor cantidad de yacimientos y restos fósiles de espinosáuridos del mundo. Esta situación es el fruto de las actividades desarrolladas por el equipo “Garras”, que reúne un colectivo de paleontólogos y aficionados trabajando al unísono con el objetivo de dar a conocer el rico patrimonio paleontológico de Igea y La Rioja.
El siguiente paso del equipo es publicar otros fósiles de espinosáuridos hallados en Igea, como el esqueleto parcial denominado “Garras” de Peña Cárcena y el excavado en los últimos años en “Virgen del Villar 2” (muy cerca de “Virgen del Villar 1”), al que se le ha dado el nombre coloquial de “Villar”. Este último es “uno de los esqueletos más completos que se conocen en el registro europeo y mundial”. El material de “Garras” está en fase final de estudio antes de su publicación y el de “Villar” está siendo preparado por los integrantes del equipo de laboratorio del CIPLRI Alba Marco, Adrián Páramo y Adrián Blázquez.
En la Península Ibérica, los espinosáuridos son los dinosaurios carnívoros más comunes en las formaciones del Cretácico Inferior, y son especialmente dominantes en rocas formadas en ambientes lacustres. Es habitual encontrar sus fósiles (principalmente dientes) en diferentes cuencas sedimentarias, como en Cameros (Burgos y La Rioja), el Maestrazgo (Teruel y Castellón) y la cuenca lusitánica en Portugal. Los orígenes de este grupo estarían en el Jurásico Superior de Europa occidental, ya que sus restos han aparecido principalmente en España, Portugal y Reino Unido, con varios intercambios de faunas durante el Cretácico Inferior entre Europa y el norte de África.
A parte del equipo “Garras”, en las excavaciones e investigaciones paleontológicas realizadas han participado algunas instituciones: el Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja en Igea, junto con las universidades del País Vasco, Cantabria, Complutense de Madrid y Ludwig Maximilian, así como el Museo Paleontológico Egidio Feruglio. Las campañas de excavación han sido subvencionadas y han contado con los permisos de actuación de la Consejería de Educación, Cultura y Turismo (Dirección General de Cultura y Turismo, Servicio de Conservación y Promoción del Patrimonio Histórico Artístico) del Gobierno de La Rioja.
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