Rusia prohíbe la venta de determinadas armas a Irán

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La posición de Rusia con respecto a Irán sigue siendo ambigua en el marco internacional. Por un lado, anunció que a pesar de las sanciones seguiría colaborando en diferentes ámbitos con el régimen de Mahmud Ahmadineyad. Sin embargo, por otra parte, toma decisiones, como esta última, que muestran su apoyo a la postura sancionadora de Estados Unidos.

Y es que el presidente ruso, Dimitri Medvedev, ha decidido prohibir la venta de sistemas balísticos de defensa aérea S-300 y otras armas a Irán, medida que se ha aplaudido desde el gobierno estadounidense.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, Mike Hammer, consideró que la postura del Kremlin supone “una implementación leal y firme de la resolución 1929 del Consejo de Seguridad de la ONU”, del 9 de junio del presente año, en la que se imponen sanciones a la República Islámica por su controvertido programa nuclear.

El decreto firmado por el presidente ruso contempla la prohibición sobre la venta de tanques, vehículos armados, sistemas de artillería de gran calibre, aviones de combate, helicópteros militares, barcos y misiles. Dicho decreto es uno de los esfuerzos del Kremlin para cumplir con la resolución, aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU el 9 de junio.

Hammer estimó que Medvedev ha demostrado su intención por “hacer a Irán responsable de sus deberes internacionales de principio a fin”. “Ello continúa demostrando cómo Rusia y Estados Unidos están cooperando estrechamente en nombre de nuestros intereses mutuos y de la seguridad global”, añadió Hammer, citado por la agencia rusa RIA Novosti.

Irán anunció en 2007 un acuerdo para adquirir estos misiles de Rusia, y este país lo ha utilizado en las relaciones diplomáticas con el régimen islamista y con Occidente. Los misiles de alta precisión S-300 son capaces de abatir aviones a una distancia de 150 kilómetros y una altura de 27.

Estados Unidos e Israel se oponían a esta venta porque podría dar a Irán los medios para resistir ataques aéreos que tuviesen como objetivo impactar contra lugares donde se desarrollaran actividades nucleares.

Más cooperación OTAN-Rusia

Por otro lado, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, ha abogado por aumentar la colaboración entre la OTAN y Rusia en materia de defensa antimisiles y, en particular, por aprobar un plan para retomar los ejercicios de defensa antimisiles y explorar las formas de vincular los sistemas de alerta temprana en noviembre.

“A largo plazo, la OTAN y Rusia deben trabajar juntos para desarrollar modelos para una arquitectura de defensa antimisiles combinada OTAN/Rusia”, opina Clinton.

Insistiendo en que Estados Unidos cree que la Alianza y Rusia deben ser aliados, Clinton enumeró una serie de cuestiones sobre las que las dos potencias deberían trabajar juntas.

“Creemos que la mejor manera de lograrlo es mediante el refuerzo de los pilares que han apoyado la seguridad europea durante décadas, no mediante la negociación de nuevos tratados, como ha propuesto Rusia”, señala Clinton.

Por otro lado, insta a los líderes de la OTAN a elaborar un plan que siente las bases de la nueva cooperación para aprobarlo en la cumbre de noviembre de la OTAN, que se celebrará en Lisboa, haciéndose eco de un llamamiento previo del secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen. Rusia ha sido invitada por Rasmussen a participar en la próxima cumbre de la OTAN.

Clinton subraya la importancia para ambas partes de restaurar y eventualmente modernizar el Tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa (CFE, por sus siglas en inglés) del que Rusia ha suspendido su participación.

En ese sentido, Clinton considera alentador que Rusia haya dado la bienvenida a la oferta de la OTAN de empezar a debatir un marco de trabajo para resucitar el tratado y señala que el nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, conocido como START, firmado por Estados Unidos y Rusia, ofrece un modelo para este tipo de acuerdos.

“Tenemos que asegurarnos de que el marco de trabajo inicial nos compromete a abordar todas las cuestiones difíciles si queremos que el resultado de las negociaciones sea exitoso”, recomienda.

La OTAN ha subrayado que el principio de consentimiento por parte del estado que acoge tropas extranjeras incluido en el CFE se aplica también a Georgia, que rechaza el despliegue de tropas rusas en sus regiones secesionistas.

Según Clinton, “todos los estados participantes [en el tratado], incluidos Georgia y Moldavia, deben tener el derecho de decidir sobre el establecimiento de tropas extranjeras en su territorio soberano”.

Clinton pide también más colaboración en la lucha contra el narcotráfico y, en particular, la elaboración de una estrategia para ampliar las acciones conjuntas en Asia Central, una zona de particular interés para Moscú, antes de noviembre.

“Avances tangibles en temas como la defensa antimisiles, el control de armas convencionales, prevención de crisis y respuesta, mejorar la transparencia y la seguridad en Georgia sentarían las bases para una cooperación más estrecha en muchos otros ámbitos en el futuro”, afirma. “Si podemos acordar los principios y los objetivos, podemos trabajar en los detalles en los próximos meses”, agrega.