La selección rusa de balonmano ha revalido su cetro en el Mundial femenino tras superar a Francia en la final (25-22), cerrando un cuadro de honor en el que Noruega se ha colgado la medalla de bronce y España ha concluido en cuarta posición.
Rusia ha vuelto a reafirmar su dominio del balonmano femenino al conquistar su tercer Mundial consecutivo y el cuarto en las cinco últimas ediciones. Francia, verdugo de España en semifinales, comenzó dominando (6-4), pero ya no pudo neutralizar la renta que su rival acumuló antes del descanso (11-14).
El equipo ruso, muy experimentado para manejar su renta en la segunda parte estuvo liderado por la tremenda eficacia de Elena Dmitrieva, que anotó ocho de sus nueve lanzamientos y acabó como máxima anotadora de la final. Pese a que no jugó su mejor partido, Liudmila Postnova (3/14) fue designada mejor jugadora del Mundial.