El gobierno iraní mostró en la televisión estatal a una mujer con el rostro cubierto identificada como Sakineh Mohammadi Ashtiani, la mujer condenada a morir lapidada por haber cometido adulterio. “No he sido torturada, en absoluto”, declaró la supuesta Sakineh, cuya sentencia permanece suspendida , mientras gobiernos internacionales y organizaciones de Derechos Humanos tratan de evitar su ejecución.
Las nuevas imágenes, difundidas el miércoles por la noche, muestran de forma borrosa a una mujer cubierta por un chador (prenda iraní que cubre todo el cuerpo menos la cara) y negó haber sido forzada a realizar ésta segunda aparición. “Todas estas palabras son mis propias palabras. Nadie me ha forzado a aparecer ante la cámara y todo lo que digo son mis propias palabras”, aseguró.
La mujer volvió a admitir su participación en el asesinato de su marido, tal y como lo hizo en la primera aparición televisada y calificó de “falsa” la información divulgada por su abogado y su hijo Sajad que afirmaban que había recibido 99 latigazos el pasado 2 de septiembre tras la publicación de una fotografía falsa de ella sin velo en The Times.
Sajad y el abogado de la mujer iraní, Houtan Kian, han restado credibilidad a esta nueva entrevista afirmando en el diario británico The Guardian que fue obligada a mentir para “convencer de la necesidad de la ejecución a la opinión pública iraní”. No obstante, el hijo de Sakineh se siente aliviado de ver a su madre en televisión “después de un mes de desconexión completa, por que al menos sé que aun está viva”.
Por su parte parte, Houtan Kian reiteró la denuncia de Sajad e insistió en que en las últimas semanas no ha pedido reunirse con su defendida, aunque el Gobierno iraní niegue que tiene vetadas las visitas y además afirma que ha sido “acosado y amenazado”.