@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } Anillos, pulseras, colgantes, relojes, incluso alianzas. La mayoría de oro. De estas joyas destacan, por su suntuosidad y exuberancia, el águila, de unos 10 centímetros y sujeta por una cadena que si se fundiera podríamos hacer unos ocho pares de pendientes. También cobra protagonismo el colgante de la pistola de oro o varios anillos: el de Jesucristo o el de un indio. algunas esclavas tienen impreso el nombre, en otras está borrado.
Estas casi 200 alhajas han sido incautadas en unas ocho operaciones relacionadas con el tráfico de estupefacientes, la mayoría de ellas del desmantelamiento de la red de droga situada en Varea. “Las hemos encontrado en los registros o entre sus pertenencias. También vienen de personas que hemos detenido portando estupefacientes y no daban razón de las joyas que llevaban”, explica el jefe del Grupo de Estupefacientes.
Entonces se las intervienen a la espera de que salgan estas exposiciones públicas para conocer su procedencia. Si no aparece el dueño se remiten al juzgado. La policía cree que, la mayoría de ellas, han sido sustraídas y que luego, los consumidores, han pagado sus dosis de droga con dichas joyas.
Si alguien cree que alguna puede pertenecerle, puede pasarse por la exposición pública que se hace en la Jefatura Superior de Policía de la calle Doctores Castroviejo número 9 de Logroño. Tienen de plazo hasta el próximo viernes para reclamarlas. Si ha puesto una denuncia o puede acreditar su pertenencia con facturas o alguna fotografía, se la devolverán. El horario es de 11 a 13 horas.