¿Eres de los que lavas todos los alimentos antes de consumirlos? Si es así, lo estás haciendo mal. La OCU ha elaborado un listado de, al menos nueve alimentos que, nunca, debes lavar.
Un listado que encabezan los huevos. Y es que los huevos tienen su propia barrera protectora en forma de membrana que evita que las bacterias traspasen al interior, donde el contenido puede consumirse directamente de la forma que sea, ya que puedes preparar los huevos cocidos, fritos, revueltos, pasados por agua, batidos, etc… Lavar la cáscara no te servirá de nada, sino que resultará peligroso.
Otro de los alimentos que desaconsejan lavar es la carne cruda. Las bacterias presentes en la carne y que desaparecerán con las altas temperaturas al cocinarse pueden extenderse por tu cocina y acabar en los trapos o en la encimera, ocasionando contaminaciones cruzadas. Recuerda que no es necesario lavarla.
Tampoco es conveniente lavar el pescado crudo. Eso sí, si has comprado el pescado limpio y preparado para cocinarlo y consumirlo, no es preciso lavarlo. Si por el contrario tienes que limpiarlo en casa o quitarle las vísceras, sí es recomendable lavarlo. Lo mismo ocurre con el pollo y el pavo. Ya sean zancos, muslos, pechugas o la pieza entera te recordamos que sucede lo mismo que con la carne. Es más, desde la OCU alertan del peligro de lavar el pollo or la propagación de la bacteria campylobacter.
Y si eres de los usuarios de lechuga, canónigos o rúcula en bolsa debes saber que han sido sometidas previamente un proceso avalado por las autoridades sanitarias. Si las lavas de nuevo acometerás un proceso innecesario e incluso peligroso, ya que podría llegar a ellas algún otro microorganismo. Las verduras y hortalizas envasadas también se encuentran listas para ser cocinadas.
¿Y la pasta cocida? Si estás preparando una ensalada de pasta, por ejemplo, no hace falta lavarla de nuevo porque se ablandarán, se estropeará su textura y perderá almidón y otros nutrientes. Tampoco debes aplicar agua a los alimentos congelados para que se descongelen más tiempo. Es un error muy frecuente con el que se rompe la cadena de frío. Lo mejor, dejar que el proceso de descongelación se lleve a cabo de forma natural y a temperatura ambiente.
El listado de alimentos lo cierran las setas. Hay que lavarlas y retirar la suciedad de forma superficial pero no deben ponerse a remojo ni tampoco sumergirlas porque absorberán demasiada humedad y tendrán un peor sabor además de perder nutrientes.