El pasado 20 de septiembre falleció un operario cuando trabajaba en las obras de la N-232 en Alfaro. Es la séptima persona que fallece en La Rioja en accidente laboral en lo que va de año. Una cifra algo inferior al año pasado cuando se registraron 14 víctimas mortales de la siniestralidad laboral, la peor tasa desde hace casi veinte años. A nivel nacional, los datos también son alarmantes: 360 personas fallecidas de enero a junio, lo que supone que dos personas al día han perdido la vida en el trabajo.
La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) lleva más de 20 años concentrándose en la Plaza del Mercado de Logroño cada vez que hay un accidente laboral con resultado de muerte en La Rioja. “Llevamos una racha con accidentes muy continuos, aunque los datos son algo mejores, todo indica que va a seguir aumentando”, alerta Esperanza Aritio, militante de la HOAC, que esta jueves a las 19.00 horas volverán a concentrarse en un gesto más de recuerdo y reivindicación.
“Cada accidente laboral con resultado de muerte es un absoluto fracaso de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que debería salvaguardar la vida de las personas trabajadoras en los centros de trabajo”, resume tajante Aritio. En este sentido, denuncia que no se cumplen los protocolos de seguridad ni se hacen inspecciones de trabajo ni antes ni después de un accidente: “En La Rioja los inspectores que no dan a basto, se pasa por alto las denuncias de riesgos laborales”.
Esperanza Aritio señala a la responsabilidad de las empresas: “los dirigentes son los que no están sensibilizados del problema, ellos son los que tienen que cuidar la integridad de las personas trabajadoras por ley y por humanidad”. En este sentido, desde la HOAC consideran que “antes de un accidente moral hay avisos que indican que hay incumplimientos graves, son más visibles de lo que parece. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales es clara: hay que detectar el riesgo y eliminarlo por completo y si no es posible, paliarlo o controlarlo con una serie de medidas”. Así mismo, denuncia que las investigaciones posteriores “son deficientes, siempre tiene que haber un responsable que debería ser la empresa y las multas son verdaderamente una broma para las familias”.
“Todas las muertes en accidente laboral son totalmente evitables”, subraya Aritio. Por ello, la HOAC lleva años reivindicando un cambio en los modelos productivos: “mientras el capital esté por encima de las personas, habrá daños personales”. Y defiende: “No queremos dejar de hacer nuestro trabajo porque nos da miedo, queremos hacerlo de forma segura y volver a casa vivos”.