El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, rechazó hoy dar un calendario para el fin de las operaciones militares que está llevando a cabo en el norte de Irak contra los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), insistiendo en que no hay “terroristas buenos y terroristas malos” y asegurando que su Gobierno está haciendo todo lo posible para no perjudicar a la población iraquí que vive en esta zona.
Durante su intervención en los Desayunos Informativos de Europa Press, Erdogan se limitó a decir que Turquía tiene “información” y “sabe que puede seguir todavía con estas operaciones”, pero no quiso dar una fecha para su final, al igual que, dijo, las fuerzas extranjeras en Afganistán o Irak “tampoco dicen cuándo dejarán” estos países.
En todo caso, aseguró que espera que “nuestra lucha contra el terrorismo acabe muy pronto” y recordó que aunque la autorización del Parlamento sólo es por un año, el Gobierno podría pedir que se ampliara. “Hasta que no logremos resultados no lo podemos dejar”, remachó.
Según Erdogan, el Ejército turco pone “el máximo cuidado para no dañar al pueblo iraquí y hasta ahora lo estamos consiguiendo” gracias a la “tecnología y la inteligencia” con que cuenta. El único objetivo de estas operaciones, explicó, “es acabar con la existencia en el norte de Irak de la organización terrorista PKK” que además de atentar contra civiles inocentes, incluidos niños, en Turquía, “envenena” las relaciones de Ankara con Bagdad. En el norte de Irak hay unos 4.000 milicianos del PKK, precisó.
En este sentido, el primer ministro turco quiso dejar claro que su país apoya “la integridad territorial, la tranquilidad y la estabilidad de Irak y seguiremos apoyándolas”. Asimismo, dijo que Turquía es consciente de que en esta parte de Irak hay importantes recursos energéticos que “pertenecen a todo Irak”. “Nuestro objetivo es la paz en Irak” y por ello, añadió, “lucharemos con Estados Unidos e Irak”. Pero añadió, Irak “tiene que conseguir su democratización lo antes posible”.
LUCHA CONTRA EL TERRORISMO
Por otra parte, Erdogan consideró que “la lucha contra el terrorismo es uno de los retos más duros de la Humanidad” y su derrota “sólo es posible en colaboración global”. “Las bombas que mataron a centenares de personas en Estambul en 2003, en Madrid en 2004 y en Londres en 2005 siguen estallando hoy en Irak, en Líbano, en Afganistán y en Pakistán y continúan cobrándose miles de vidas de gente inocente cada año”, destacó.
Por ello, añadió, todos los países deben “superar las diferencias y reunir nuestras fuerzas” así como “utilizar el mismo lenguaje y ser coherentes en la actividad terrorista, sin hacer distinciones en razón de los autores o los motivos”. “Una postura sincera comienza por llamar al terrorismo por su nombre, sin matices, venga de quién venga y atente contra quien atente”, incidió.
“No hay terrorismo bueno y terrorismo malo”, afirmó contundente. Según Erdogan, no se puede decir “mi terrorista es bueno y el tuyo es malo” puesto que “el terrorismo no puede tener excusas ni justificaciones”. En este sentido, criticó que “algunos círculos” consideren a algunos terroristas como “luchadores de la libertad”.
Para el primer ministro turco, esto es “peligroso y erróneo”. “No se puede llamar luchadores de la liberad a los miembros de una organización terrorista que masacra niños, incluso bebés, como ha sido el caso en el pasado, no cabe en la conciencia ni en la condición del ser humano”. Por ello, concluyó, “Turquía no tiene otra alternativa que dar pasos para garantizar la seguridad del país”, a lo que obedecen las operaciones en el norte de Irak.