El 28 de abril de 2021 es una fecha grabada a fuego en la memoria de la familia Cordón. Ese día vieron cómo las llamas consumían toda una vida de esfuerzos. Y es que ese día un incendio quemó completamente la empresa familiar Troquelados Cordón delante de sus propios ojos. “No quedó nada, ni una tijera”, relata emocionada María.
Troquelados Cordón es la empresa de su marido Carlos y su cuñado Roberto. Estos dos hermanos llevan más de 20 años dedicados al cortado y troquelado de pieles para el calzado cuando, la noche del 28 de abril, una llamada cambió su vida. En torno a las 22:00 horas les avisaron de que había un contenedor ardiendo junto a la fábrica. “Sólo ardía un contenedor y a las seis horas no había nada, se habían quemado 1.000 m2 de nave y nosotros allí viéndolo en directo. Lo voy a recordar toda mi vida”.
“Nos dejaron sacar una furgoneta y una moto y el resto se quemó todo, un millón de euros en total entre máquinas -algunas de ellas de mucho valor-, materiales e infraestructuras”, recuerda María, quien relata cómo, a día de hoy, echan cosas en falta en casa y dan por hecho que se quemaron en el incendio. “Mi marido tenía ahí su vida, estaban las bicis de mis hijos, una moto nueva que se había comprado mi hijo y que no había llegado a estrenar”.
Al día siguiente, bien temprano, María, Carlos y Roberto volvieron allí, aunque “ya no había nada que hacer”. Entonces fue el momento de sentarse y pensar: “¿ahora qué hacemos?”. Tras los momentos de shock inicial, valoraron cerrar la empresa, pero pronto decidieron volver a empezar. “Con el incendio nos quedamos a cero, con 15 trabajadores en la calle y sin saber que hacer, pero a las dos semanas la empresa ya estaba funcionando”.
Volver a empezar tras un incendio
Enseguida se pusieron manos a la obra y buscaron una nave en alquiler en la que siguen actualmente. “Ha sido un largo año de pelear mucho pero también de no parar de agradecer”. Y es que la solidaridad se abrió camino entre las llamas.
“El apoyo de clientes y amigos ha sido fundamental. El electricista estuvo trabajando día y noche para poner la instalación de la nave a punto, otras empresas de Arnedo les dejaron máquinas hasta que se compraron otras, los proveedores y transportistas nos ayudaron y el 99% de los clientes se portaron como buenas empresas y mejores personas, nadie nos puso pegas hasta que pudimos volver a trabajar y han tenido un comportamiento espectacular, aun teniendo en cuenta que también se habían quemado sus materiales en los que la fábrica estaba trabajando”.
De este modo, los trabajadores solo estuvieron unas dos semanas en ERTE tras el incendio y en un mes ya estaba toda la plantilla trabajando partiendo de cero -“se les había quemado hasta la ropa de trabajar”, recuerda. A partir de ahí, Carlos y Roberto se encargaron de poner en marcha la empresa de nuevo y María se hizo cargo del ''papeleo' para levantar una nave nueva en los terrenos en los que vieron quemarse la antigua. Un recorrido en el que le ha llevado de la mano su abogada y amiga Natalia.
Su dedicación ha sido tan grande, que incluso estuvo un mes en una caseta supervisando que no hubiera ningún problema con el derribo, ya que no podían permitirse un vigilante de seguridad.
El siguiente paso fue contratar el proyecto para construir una nueva nave, prácticamente idéntica a la anterior. “No nos iba a retirar un incendio. Es lo único que tenemos”, subraya María, quien explica que ahora están a la espera de la licencia de obras para poder meter las máquinas y empezar a construir. Con un plazo aproximado de ocho meses, la familia confía en poder volver a sus terrenos en el Polígono El Renocal a finales de este año o el año que viene. De momento, este año vivirán el 28 de abril recordando la peor noche de su vida, pero puede que en 2023 esta sea la fecha en la que vean resurgir de sus cenizas a su empresa familiar, 'Troquelados Cordón'.