Puede que los edificios hablen en su último aliento. O al menos eso es lo que ha pasado en Duquesa de la Victoria 37. Un cartel en su puerta recuerda que el inmueble no cuenta con protección y que no tardará en desaparecer.
“Me han dejado abandonado pero sí al menos el ayuntamiento hubiera protegido mi fachadas volvería a lucir mis miradores y adornos de esfrafiados”, lamenta el cartel que se puede leer en el edificio. Desde el Ayuntamiento confirman que este edificio no está incluido en el catálogo de edificios protegidos que incluye el Plan General Municipal.
El PGM se modificó a finales de 2020 para aumentar la altura de estas parcelas, Duquesa de la Victoria 37 y 38, ambas en estado de abandono, hasta bajo + 6 igualándose a las construcciones limítrofes.
La promotora de los edificios, Dolmen Rioja, planteaba unificar ambos inmuebles en un único edificio de viviendas. “Soy parte del patrimonio de Logroño y cuando me vaya pondrán otro de esos jovencitos sin personalidad que hacen de Logroño un lugar como cualquier otro”.
Esta carta del edificio recuerda que “tengo 104 y tengo los días contados. Mi padre fue el logroñés Fernando Salvador, hermano de Amós Salvador, familia de Sagasta, arquitecto reconocido como joven vanguardiasta de la generación de 1925 y del que en Logroño solo quedan las casas baratas y yo”.
La esperanza está ahora en saber si el nuevo edificio deberá asemejar las particularidades del antiguo, como sí ha ocurrido con otros edificios de la ciudad.