Lavarse los dientes, utilizar el mando de la televisión o meter tornillos en una caja. Son actividades cotidianas y aparentemente sencillas que realizamos con facilidad varias veces al día. Sin embargo, no lo son tanto paras las personas con parálisis cerebral, para quienes estos pequeños gestos son imposibles o son un hito cuando lo consiguen.
En el centro ocupacional de Aspace Rioja estas actividades se han convertido en realidad. Para ello, los terapeutas se convierten en ingenieros y desarrollan adaptaciones de utensilios y materiales para conseguir mayor autonomía y libertad en las personas usuarias. “Consiste en cambiar las exigencias de la actividad y adaptarlas a las capacidades de las personas”, explica Peio Saavedra, desde Aspace Rioja.
Así, han creado un cepillo con forma de boca en “U” que la persona muerde y solo con darle a un pulsador, las fibras comienzan a vibrar y cepillan completamente los dientes, sin necesidad de hacer nada más. La adaptación del mando consiste en sustituir los botones por pulsadores y/o un joystick para facilitar el acceso. La adaptación para manipular tornillos utiliza los imanes para que una persona con movilidad reducida pueda cogerlos.
Detrás de estas pequeñas máquinas hay conocimientos de impresión 3D, adaptaciones con pulsador, sensores, programación...Todo adaptado a las necesidades y capacidades de cada persona para conseguir una adaptación específica que consiga mejorar la autonomía. Así lo reclama el terapeuta ocupacional de Aspace: “Tiene que haber políticas que aborden estas adaptaciones, ni siquiera en la carrera nos educan para esto, he ido aprendiendo de forma autodidáctica y con prueba-error con los usuarios”.
Estas adapaciones abren una puerta a la autonomía profesional de las personas. “Es una vía que tenemos que explorar”, dice el terapeuta ocupacional esperanzado. Es consciente que hay muchas profesiones manuales a las que quizás nunca pueda incorporarse una persona con dificultades motoras, “pero un trabajo de ordenador solo necesita la adaptación de la mesa, que además es sencilla, y hay muchas personas a quienes la parálisis no les afectan a nivel cognitivo y así podrían trabajar como una persona sin discapacidad”.
¿Qué sienten las personas cuando mejoran su autonomía de esta manera? Peio Saavedra es claro y apunta que hay personas con parálisis cerebral o discapacidades afines no le dan peso a la autonomía, “habría que hacer un ejercicio como sociedad de educación de por qué pasa esto”. Aunque también celebra que hay otros usuarios para quienes conseguir estos gestos cotidianos tiene mucho valor.
Para él también tiene un gran valor el proceso: “La persona forma parte activa de la creación de las adaptaciones, nosotros vemos las oportunidades reales en el día a día y me reporta mucha satisfacción laboral y personal”. Peio Saavedra destaca la suerte de que en Aspace-Rioja haya tiempo para pensar y abordar estos proyectos y, además, se destinen fondos para ejecutarlos. Para ello se organiza cada año la Marcha Aspace, que celebra este domingo su edición número 39.