Una tesis plantea una revisión del modelo ideal burgués de mujer como a través de las transformaciones de la sociedad española en la segunda mitad del s. XIX; y que, a la postre, permitieron para garantizar la pervivencia de este arquetipo, así como el control sobre la identidad femenina.
Raquel Irisarri Gutiérrez ha obtenido el grado de doctora por la Universidad de La Rioja tras la defensa de su tesis titulada ‘La revolución de la estrella polar. La evolución del ideal de feminidad ante el cambio de la mentalidad española en la segunda mitad del siglo XIX’.
Desarrollada en el Departamento de Ciencias Humanas –en el marco del programa 681D (Real Decreto 99/2011)-, la tesis ha sido dirigida por Rebeca Viguera Ruiz y Gonzalo Capellán de Miguel, y ha logrado la calificación de sobresaliente ‘cum laude’ con mención internacional. La investigación doctoral de Raquel Irisarri parte de la premisa de que dentro de las sociedades existen modelos ideales de género construidos a partir de las expectativas de lo que se considera «qué es ser un hombre» o «qué es ser una mujer».
Sin embargo, estos modelos no son inmutables, sino que evolucionan a la par de la sociedad, por lo que su tesis doctoral estudia la reformulación del modelo ideal de mujer de la sociedad española decimonónica -el llamado «ángel del hogar»- en la segunda mitad del siglo XIX, garantizando así su pervivencia y control sobre la identidad femenina.
En este periodo, la sociedad española vivió un proceso de transformación y modernización “que también afectó a la mujer y revitalizó la cuestión femenina -afirma la doctora Irisarri-, replanteando los límites de actuación en la esfera pública, así como los roles sociales y familiares”. Las mujeres aumentaron su participación en la educación, la política, el trabajo… cuestionando los roles de esposa y madre y sus características (sensibilidad, debilidad física, menor capacidad intelectual…), que según el modelo ideal debían cumplir para ser valoradas como mujeres.
En el ámbito educativo, por ejemplo, la tesis plantea cómo se aceptó que la mujer accediera a unos mínimos de formación “para poder cumplir su rol de educadora de sus hijos, compañera intelectual de su marido e, incluso, formarse en determinadas profesiones consideradas aptas”. Como consecuencia del descenso de la natalidad, señala Raquel Irisarri, se fomentaron “los enlaces por amor, basados en la afinidad y la afectividad entre los cónyuges”, frente a los matrimonios de conveniencia, así como la aceptación de la soltería femenina.
En cuanto a la sexualidad femenina, “a pesar de reconocer la ciencia médica su deseo y placer, se configuró dentro del matrimonio y de la función reproductiva, regulando tanto el deseo propio como el del marido”, si bien la doble moral burguesa siguió cosificando a la mujer en los productos culturales.
En el ámbito laboral, para las mujeres solteras y viudas y las trabajadoras populares se empezó a aceptar “el trabajo femenino dentro de la excepcionalidad”, ya que en “profesiones liberales como la escritura, la medicina o la abogacía son rechazadas socialmente” por la competencia que supone para los hombres.
Por otro lado, también se reavivó el debate siempre presente sobre la llamada «cuestión femenina», es decir, sobre los límites de su participación en la esfera pública, sus funciones sociales y familiares y rasgos determinados para las mujeres.
En el ámbito de la política activa, la mujer estuvo excluida, aunque “su actuación en determinados acontecimientos como la Revolución Gloriosa” abrió la posibilidad de utilizarla “como herramienta política de influencia en los hombres de su entorno”, como fue el caso del Carlismo o las llamadas a quintas.
En definitiva, en su tesis doctoral Raquel Irisarri Gutiérrez demuestra la evolución del ideal del «ángel del hogar» y su adaptación a las realidades de las mujeres españolas de la segunda mitad del siglo XIX.
La doctora Raquel Irisarri Gutiérrez ha contado, en el desarrollo de su investigación doctoral, con un contrato predoctoral para la Formación de Personal Investigador (FPI) de la Comunidad Autónoma y la Universidad de La Rioja; y la dotación económica del Fonds ‘Jacques Cominicioli’ y del Instituto de Lengua y Literaturas Hispánicas de la Universidad de Berna (Suiza).
Asimismo, ha realizado estancias de investigación en el Departamento de Historia Contemporánea de la UPV/EHU, bajo la tutela de la profesora Nerea Aresti Esteban; y en la Universidad de Berna (Suiza), bajo la tutorización de la profesora Bénédicte Vauthier.