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Las últimas cifras del paro en La Rioja, correspondientes al mes de mayo, han situado la tasa de desempleo en el 14,11%. 22.033 personas están sin trabajo en esta región, de las cuales la mayoría, 11.225, son hombres. El número de parados extranjeros es de 5.656, aunque en mayo en este colectivo se produjo un descenso de 443 personas. Rioja2 se ha acercado a la oficina del INEM de Logroño para comprobar cómo se encuentran los ánimos y qué perspectivas tienen de futuro.
En general, la sensación que se respira es de desaliento y la gente parece no tener mucha esperanza de que ésto se arregle, al menos a corto plazo. No quieren saber nada de la reforma laboral, ni de la Huelga General. Lo único que quieren es que les den una oportunidad para salir adelante y eso sólo puede ser con un trabajo.
Primero nos hemos encontrado con una mujer que lleva cinco años en el paro y nos cuenta que para 15 días que ha trabajado, es la quinta vez que viene a la oficina del INEM, cada día para entregar un papel diferente. Tiene un hijo y están sobreviviendo con un sueldo, el de su marido. Opina que la reforma laboral no va a solucionar nada, pero que a lo empresarios les viene muy bien para echar a la gente que se quiere quitar de encima.
Otra mujer nos cuenta que lleva dos años parada y que trabaja de
vez en cuando. “Trabajas 15 días, paras una semana, vuelves dos semanas, paras un mes, vuelves otro mes y te llaman cuando te necesitan, cuando quieren y no pongas una pega, que no vuelves”, asegura. Para ella, es una vergüenza que abaraten el despido y de los sindicatos, mejor no hablar, dice. “No se están esforzando por los trabajadores, tendrían que movilizarse más”. Cree que esta reforma no va a mejorar la situación, sino todo lo contrario, ya que va a crear más precariedad en el empleo.
Luego hablamos con un hombre que lleva cuatro meses en el paro y que piensa que la reforma se ha quedado corta. Considera que el empresario es el que está creando empleo y que despedir a los trabajadores supone demasiado gasto. No está a favor del despido libre, pero que cada trabajador se financie su propio fondo le parece una buena idea, además de la indemnización que le tenga que pagar la empresa. En cuanto a la Huelga General, no cree que la secunde ni un 20%. Por ahora tiene un trabajo a media jornada que compatibilizará con el paro. Esperará a que se arregle la situación y si no se irá a otro lugar a buscar un empleo.
En noviembre esta gallega se quedó sin trabajo y decidió venir a Logroño a probar suerte,
pero nada. Ve el futuro muy negro y no tiene esperanza de encontrar trabajo. Se ha recorrido todas las ETTs, ha entregado su curriculum en todos los sitios pero según cuenta, ni siquiera te miran a la cara, no quieren conocerte, porque no hay trabajo. Recibe 400 euros de ayuda familiar y con eso aguantarán ella y su novio, también desempleado, para pagar el piso, que lo han alquilado por un año. Dice que tampoco pueden pedir ayuda a sus familiares porque están en la misma situación que ellos, pero que si ésto no se arregla, su novio se tendrá que ir a casa de sus padres y ella a la de su hermana. Tiene miedo, sobre todo de quedarse en la calle.
Esperando en la puerta del INEM está un inmigrante que lleva más de 10 años en España, de los cuales dos en situación de desempleo. Llevaba trabajando tres años en una empresa de construcción, un sector tocado de muerte en esta crisis económica. Nos cuenta que vino en 1999 y que no había mucho trabajo, pero que a partir del año 2000 hasta el 2006 sí que se notó un aumento. No piensa ni cambiar de país ni volver al suyo porque según dice, su padre lleva muchos años aquí.
En un caso parecido se encuentra otro inmigrante. Lleva 20 años en
España y 17 años cotizados en este país. Además tiene un hijo que va al colegio aquí y dice que es muy difícil irse, puesto que ya está asentado. Trabajaba en el sector del Metal, lleva seis meses en el paro, trabajó durante 19 días con un contrato de fin de obra y ahora le toca de nuevo buscar trabajo. “Ahora está mal la cosa. Si te hacen un contrato te lo hacen de un mes o dos meses y casi es mejor estar en el paro porque sabes lo que hay que esperar aquí para entrar otra vez al paro...”. A él le parece mal que abaraten el despido pero también cree que 45 días por año trabajado es mucho dinero. Aboga por una solución intermedia de unos 33 días de indemnización.