Trabajadores del Servicio de Ayuda a Domicilio de La Rioja han participado este viernes en una concentración frente al Palacete de Gobierno ante “las precarias condiciones laborales” en las que se encuentran y con el fin de reivindicar “mejoras salariales”. Cerca de 700 personas trabajan en el sector en La Rioja, el 90 o 95 por ciento de ellas mujeres.
Así lo ha defendido la trabajadora y responsable de la ayuda a domicilio en CCOO La Rioja, Ana Isabel Ordoñez, quien ha lamentado que “en muchas circunstancias nos tratan como esclavas”.
“Tenemos un desgaste muy importante porque, al igual que hay personas maravillosas a las que atendemos, hay otras que no lo son tanto e incluso nos insultan. Nos estamos convirtiendo en limpiadoras, pero para ello existen empresas de limpiezas, nosotras tenemos otros cometidos pero parece que algunos no lo tienen claro”, ha indicado.
Además, ha destacado, “muchas veces una sola persona tiene que mover a otra de una cama que nos dobla en altura y peso. No tenemos los medios y tenemos un gran desgaste que ya es más que evidente”.
Ordoñez ha reseñado, además, que una jornada completa de 40 horas semanales supone un salario de 984 euros. “Ya es poco pero además muchas de nosotras estamos contratadas en otro tipo de jornadas, no nos llega para comer”.
Así las cosas “continuaremos con las movilizaciones para que se nos escuche y hasta que consigamos que el servicio nos reconozca la profesionalidad”.
Las movilizaciones se decidieron en seno del sindicato en una asamblea celebrada el 2 de julio, y, en los próximos días, la previsión es mantener reuniones con el resto de sindicatos del sector, para centrar la convocatoria, que se podría materializar en la segunda quincena de este mes, en principio, en Logroño, con concentraciones ante la Delegación del Gobierno, el Ejecutivo riojano y el Ayuntamiento.
El sector está sujeto a un convenio colectivo con carácter estatal, firmado entre la asociación de empresas del sector y los sindicatos, “pero está paralizado desde 2018”.
Como principales reivindicaciones de las trabajadoras, solucionar “las pésimas condiciones de trabajo y los bajos salarios”. Unas condiciones que, además, “durante la pandemia, se han visto todavía más empeoradas”.