Un detalle que obliga a remar contracorriente
Detalles. Ahí se escapó el primer asalto. Borja Lasso recibe entre líneas, controla, levanta la cabeza y ejecuta a la perfección. Una acción, podría decirse que casi aislada, determinó el resultado de un duelo esperado con ilusión y con incertidumbre. Las Gaunas se engalanó y pulverizó el récord de asistencia a un partido de la Unión Deportiva Logroñés: 8.314 espectadores. Sin embargo, ese ambiente, se suponía que hostil para el Sevilla Atlético, no afectó para nada a un filial hispalense que evidenció menos pegada que el Villarreal B, menor dinamismo y fútbol valiente, pero que evidenció ser un bloque trabajador, que no concede espacios y que sabe maximizar sus aproximaciones.
De hecho, apenas cuatro remates, pero todos ellos peligrosos: dos acciones de Ivi, el gol de Borja Lasso y un postrero de Carrillo. Suficiente para desequilibrar un encuentro que comenzó con brío. El que le puso la UDL, que a los 7 segundos ya había puesto un balón al corazón del árez, centro de Titi que atrapó José. Esa jugada tuvo continuidad porque Paredes buscaba la sorpresa desde lejos. La intención de los blanquirrojos era clara: acogotar a su oponente, meterlo en su área y acabar todas las jugadas con la idea de evitar posibles transiciones.
El ritmo vertiginoso que quería imponer el cuadro de Carlos Pouso impedía al Sevilla Atlético mover el cuero con fluidez, ya que su casi único recurso era buscar a Carlos Fernández. Aun así, las segundas jugadas siempre favorecían a Adrián León y Chevi, que ayudados por Pere Milla, maniataban a un conjunto andaluz que no se puso nervioso para sacarse la presión de los locales. Íker Alegre, en dos ocasiones, y Titi insistían en probar desde la distancia, aunque sin encontrar el premio. Incluso Pere Milla, de espuela tras un centro de Titi, buscó un gol imposible.
ENTRA IVI Y CAMBIA EL PARTIDO
Diego Martínez, desde la banda, animaba a sus chicos para tratar de jugar por dentro, de que Tena y Romero tuvieran más protagonismo a la hora de iniciar el juego. En este sentido, la lesión de Curro, a la media hora, permitió que Ivi entrara al campo. Casualidad o no, lo cierto es que el ritmo se paró un poco por la sustitución, el caso es que el exjugador del Getafe B, protagonizó el primer aviso con un tiro desde la frontal con mucho peligro. Con el susto en el cuerpo, mientras que la medular blanquirroja empezaba a acusar el desgaste realizado previamente iba a ser de nuevo Ivi el que estuvo más cerca del tanto con una falta lateral cuyo balón, tras botar, fue despejado por Miguel que se encontró el cuero encima.
Más allá de esas dos ocasiones, el Sevilla Atlético estaba más cómodo. Diego González y Martínez encontraba a un compañero al que darle la bola, mientras que Adrián León y Chevi preferían estar arropando a los centrales, Jacobo y Borja. Era necesario que Pere Milla o Luis Morán ayudaran y aunque lo intentaba, Borja Lasso y el mencionado Ivi ganaban protagonismo por dentro. Sin duda, el descanso se veía bien para una UDL que necesitaba coger aire.
Se intuía que los de Carlos Pouso volvieran a mostrar esa intensidad inicial. Pero el filial había ajustado sus piezas para equilibrar la contienda. Era como un tablero de ajedrez. El Sevilla Atlético quería elaborar, llevar el balón de un lado a otro, con criterio, sin saltarse líneas, tratando de buscar la superioridad, de generar los espacios. Lo hacía con ritmo pausado, sin prisas, no las tenía. Con pocos riesgos. Enfrente, una UD Logroñés más vertical, más directa, a la que le gusta crecerse y fajarse en la anticipación de las segundas jugadas, que busca el error del rival debido a su buena presión, que confía en la velocidad y la calidad de sus estiletes.
UN GOL DE LA NADA
En esa tira y afloja, nadie parecía salir victorioso porque tampoco ninguno de los dos daba su brazo a torcer ya que querían imponer sus bazas. Y mientras el duelo iba acumulando presencia en el centro del campo y se ausentaba en las áreas, Ivi conducía y asistía para que Borja Lasso recibiera en la frontal, se acomodara la pelota y pusiera la bola lejos del alcance de Miguel. 0-1 y 20 minutos por delante para tratar de no ir al Viejo Nervión obligado a por la victoria. Con Muneta y Carlos Fernández en escena en detrimento de Luis Morán e Íker Alegre, la UDL apelaba al corazón. Quería dar amplitud, pero sus mejores posibilidades vinieron en un saque de esquina y en una jugada con varios centros y rechaces. En la primera, Borja remató fuera y, en la segunda, Paredes enganchó un buen tiro que rozó en Diego González, desvió la trayectoria del cuero, y permitió que José atrapara. Al final, quizá lo más negativo de cara a la vuelta fue ver a varios blanquirrojos con calambres. Hay que confiar que no pase factura.
En definitiva, un marcador que castiga a una UDL que está obligada a ganar el próximo domingo. Para intentarlo, debe mejorar las virtudes, y darles continuidad, que ha evidenciado en Las Gaunas -ritmo, intensidad, presión-. Cierto que tiene que arriesgar, pero la mentalidad de los blanquirrojos pasa por dar guerra en Sevilla y voltear una eliminatoria equilibrada en el juego, pero declinada en favor del filial hispalense en el resultado merced a un detalle, a una acción puntual.
FICHA TÉCNICA
UD Logroñés: Miguel; Miguel Santos, Jacobo, Borja, Paredes; Chevi (Barreda, min. 81), Adrián León; Titi, Pere Milla, Íker Alegre (Carlos Fernández, min. 71); y Luis Morán (Muneta, min. 63).
Sevilla Atlético: José; Carmona, Diego González, Martínez, Matos; Romero, Tena; Curro (Ivi, min. 31), Borja Lasso, Carrillo (Barnils, min. 91); y Carlos Fernández.
Gol: 0-1, min. 70: Borja Lasso.
Árbitro: Miguel Ángel Ortiz Arias (colegio Cántabro), acompañado por José Rodríguez González y Javier Flores Carrasco. Amonestó a los locales Íker Alegre (min. 60) y Pere Milla (min. 86); y al visitante Borja Lasso (min. 21).
Incidencias: 8.314 espectadores en Las Gaunas, según informó el club organizador, en el partido de ida de la segunda eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda división.
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