“Un galardón que se otorga a Nájera porque la Cróncia es un poco de todos”

“Estaba tomándome un café y me llegó un mensaje al móvil, las Crónicas Najerenses habían sido reconocidas Bien de Interés Cultural”. Así se enteró Jesús Revíscola de la Asociación de Amigos de las Crónicas de la noticia, un galardón que dice “se otorga a Nájera como ciudad porque la Crónica es un poco de todos”.

Tras 47 años de representación, por fin llega el reconocimiento, ¿qué trabajo ha sido necesario para llegar a este punto?

Hace dos años se formó la asociación de Amigos de las Crónicas. Desde entonces empezamos a pensar cómo podíamos conseguir un reconocimiento que nos permitiera poner en valor las representaciones. Fue entonces también cuando decidimos ir elaborando una especie de memoria del espectáculo, desde 1969 hasta 2013. Un trabajo estructurado en tres capítulos; un primero que hace referencia a la historia, leyendas y el monasterio que son la base y el fundamento de las representaciones, el segundo en el que se enumera los principales hitos del espectáculo y un tercero que es sin duda el más lúdico y es donde hemos incluido las galerías de fotos.

Llevamos toda esta documentación al Ayuntamiento de Nájera para que nos diera el visto bueno y poder así dar el siguiente paso. Ya en 2014 nos reunimos con la Consejería de Cultura y el propio consejero, Gonzálo Capellán, viendo toda la información que le presentamos, fue quien nos animó a que intentáramos conseguir el reconocimiento de Bien de Interés Cultural, BIC. En julio de ese año 2014, el consejero nos dijo que la Comunidad Autónoma había validado la documentación que le habíamos presentado y que incoaba el expediente para intentar conseguir el BIC. Ha sido un esfuerzo importante pero ha merecido la pena.

Y ¿qué implica para un espectáculo como las Crónicas Najerenses un reconocimiento de este tipo?

El propio consejero de Cultura, Gonzalo Capellán, ya nos dijo que este reconocimiento situaría la Crónica en otra dimensión pero, si te digo la verdad, todavía no nos ha dado tiempo a analizarlo en profundidad. Lo que sí consideramos dentro de la Asociación es que un reconocimiento como el BIC debe ser un acicate para seguir mejorando día a día. Lo que está claro es que la edición de este año está prácticamente terminada y, a partir de ahí, y con el nuevo Patronato que se formará a partir de la nueva composición del Ayuntamiento, imagino que deberemos hablar también con la Comunidad Autónoma. En cualquier caso estamos convencidos de que estamos ante una muy buena noticia que nos va a abrir puertas y vamos a poder acceder a una mayor difusión quizás a través de FITUR u otro tipo de publicidad institucional…

Estamos hablando de algo más que una representación porque las Crónicas Najerenses se han convertido en un evento que logra involucrar a todo el pueblo.

Así es. La crónica es una cosa y lo que representa es otra porque lo que se representa es el Reino de Nájera y, de hecho así se titula la obra que verán los espectadores. Pero la crónica es otra cosa más amplia que consigue involucrar a todo el pueblo durante todo un año.

Lo que se representa es el reino de Nájera, así se titula la obra que van a ver los espectadores pero la crónica es un conjunto que hace que un montón de gente esté todo el año alrededor de esta idea porque los trajes hay que hacerlos, hay que mantenerlos, hay que pensar qué se va a hacer… lo que se ve es la parte más espectacular pero detrás hay mucho trabajo. Este año el director es perfecto Uriel y se representará lo mismo que el año pasado pero con la novedad de que estrenamos el BIC.

¿Alguna novedad más para la edición de este año 2015?

Pues como digo, además de estrenar el reconocimiento, la representación de este año recupera la boda del Rey Don García, un enlace que será espectacular.

Pero además, este año nos hemos centrado en elaborar un Plan Estratégico para ir mejorando las representaciones. Y para 2015, el Plan contempla un par de actuaciones quizás menores pero de vital importancia como son la mejora de la zapatería, el atrezzo y otra parte que, seguro, sorprende al espectador que se acerque a ver las representaciones. Queremos que el público sea recibido por soldados, lanzas, antorchas… que el público se vea 'obligado' a atravesar un espacio de túnel del tiempo hasta que consigue llegar a su asiento, túnel que le trasladará desde el siglo XXI al XI.