Adios al Logroñés en Tercera División. Un gran vacío, como el del campo del Tedeón, es lo que queda ya entre la afición blanquirroja. No se jugó el partido. Finalmente los jugadores no se presentaron, como les fuimos contando a lo largo del pasado fin de semana, en Navarrete y organizaron una rueda de prensa.
Una rueda de prensa convulsa en la que tres jugadores, César, Antúnez e Iker, expuesieron punto por punto la crónica de una muerte anunciada. Ya lo venían diciendo en declaraciones a Rioja2 a lo largo de todos estos días: “Si no nos paga no jugaremos”. Dicho y hecho. Sánchez, incumpliendo de nuevo su palabra, no pagó. ¿Cúal es la consecuencia inmediata?:
El equipo, que acumula con la del domingo dos incomparecencias, y según la reglamentación, será excluido la de la Liga del grupo XVI de Tercera División. Así el Logroñés quedaba más cerca que nunca de su desaparición y, de hecho, no podrá volver a jugar al menos hasta la temporada próxima, y lo haría en la Regional Preferente Riojana.
Los jugadores del Logroñés justificaron en una rueda de prensa su incomparecencia en los incumplimientos de pago por parte del propietario de la entidad, Javier Sánchez, quien firmó pagarés a nombre de los futbolistas que vencían el pasado viernes pero que carecían de fondos.UNA COMPLETA AGONÍA
La última semana fue una de las más extrañas en la historia del Logroñés, acostumbrado durante una década a vivir en la precariedad económica. Hay que recordar que el Logroñés ya descendió de Segunda B a Tercera durante el verano por el impago del club a sus jugadores.
Entonces entró a gestionar la entidad el empresario navarro Javier Sánchez, que formó una plantilla para jugar en Tercera con sueldos por encima de la media riojana y la mayor parte de jugadores de otras comunidades autónomas. En ningún momento cumplió sus compromisos de pago y ya antes de Navidad la plantilla protagonizó un encierro en el campo de Las Gaunas y la primera incomparecencia a un partido.
Después muchos jugadores comenzaron a abandonar el Logroñés para fichar por otros equipos y, hace quince días, el entrenador, Edu García, presentó su dimisión.
Mientras todo esto ocurría Sánchez aludía a su “cargo” en el club para justificar los impagos: era gestor y para pagar debía ser propietario, algo que logró oficialmente el pasado jueves -cuando Juan Hortelano le cedió la entidad por un euro-, cuando se comprometió a hacer efectivos los pagarés firmados a jugadores y al club filial -del que se surtía de juveniles- el Balsamaiso.
Pero no fue así y el viernes por la noche los futbolistas tomaron la decisión de volver a declararse en huelga, aunque hasta el sábado mismo volvieron a reunirse con Sánchez sin ningún éxito.
Por ello a las 16.30 del domingo, cuando debían jugar en Navarrete, el colegiado del partido certificaba la incomparecencia del Logroñés y, muy probablemente, su desaparición ya que, de momento, hasta la próxima temporada no tendrá ninguna actividad.
Las explicaciones de su posición que ofrecieron los siete jugadores que quedaban en la plantilla fue igual de “kafkianas” que la historia del club en la última década. Afirmaron que Sánchez les ofreció como garantía de sus deudas una cantidad que iba a cobrar en un “club de alterne' y que el sábado, incluso, les propuso cobrar ”en especie“, vendiendo dos coches de alta gama. ”Además nos entregó cheques y transferencias falsas“.
Uno de los futbolistas, Iker Fernández, expresaba la opinión mayoritaria de la plantilla sobre Sánchez: “ha venido mandado por alguien para que el club siga vivo, a coste cero, porque no interesa que las cuentas del Logroñés en los últimos años salgan a la luz. Intentó fichar a un equipo de fútbol sala para quitarnos las fichas. Ha sido él quien ha conseguido que el equipo de fútbol descienda”.
Otro de sus compañeros, César Fernández, recalcaba que “hemos tomado esta decisión por dignidad, hemos agotado todas las posibilidades para que nadie nos dijera que era culpa nuestra y si él -el propietario- hubiese dimitido quizás también habríamos jugado. Sánchez nos ha pedido que jugaramos pero ya no había marcha atrás después de dos meses de mentiras. En Arnedo al final jugamos porque Julio Jiménez nos lo podió y nos aseguró el pago”.
La historia no acababa con la retirada de los jugadores. El nuevo Consejo de Administración, aprobado el pasado jueves en la Junta de General de Accionistas, también dimitía en bloque el mismo domingo.
Y a partir de ahora, lo sucedido con el Logroñés afecta a gran parte del fútbol riojano, no sólo porque prácticamente supone la desaparición de su equipo con más historia, sino porque habrá que esperar a la resolución del Comité de Competición que se reunirá a mitad de semana para manifestar la consiguiente sanción al C.D. Logroñes.