@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } “Soy un instrumento con forma de mujer que intenta traducir pulsaciones a imágenes para alivio del cuerpo y construcción de la mente”. De esta guisa se presenta Marina Cedro, una argentina de 35 años que desprende sensualidad por todos los poros de su cuerpo. Su profunda e íntima voz lleva al oyente a estados de nostalgia onírica, a realidades anestesiadas por aquella hormona llamada endorfina.
El viernes, 12 de septiembre, a las 23 horas en el Biribay presentará su nuevo disco, 'Itinerario' (diciembre 2007), un regalo para los oídos que ensambla Tango Jazz y poesía, valga la redundancia. El repertorio está compuesto por obras musicales y literarias de Marina Cedro y autores como Cortázar, Gainsburg, Piazzolla o Verlaine.
Un viaje para ser recorrido a través de diversos ambientes musicales creados por la artista. Historias del día a día expresadas dentro de una atmósfera contemporánea y evocadora que surge del lenguaje cotidiano, el pulso de la música y la poesía a través de las palabras de una mujer.
Este año ha comenzado la gira con su nuevo álbum 'Itinerario' y le ha llevado por ciudades como San Sebastián, Bilbao, Vitoria, Zaragoza, Buenos Aires, Patagonia, Vicenza, Paris, La Rochelle o Lisboa. Un espectáculo romántico y lento, como es la poesía, sin prisas y con pausa. Un camino rodeado de aridez e esterilidad que te lleva, si quieres, a aquel oasis del que tanto hablan. Un disco que, según David Managana (Jazzargia 2008), abraza y estremece, con vocación onírica y babélica, repleto de voces pero conquistado por una, la personal.
En tiempos de la antigua Inquisición, seguramente, hubieran preparado un hoguera en la Plaza del Mercado de Logroño para recibirla, pero hoy en día, en pleno Siglo XXI... ¿alguien podrá resistirse a sucumbir a sus encantos?