El conocido podcast Tenía La Duda de Judith Tiral en la plataforma Podimo se acerca en su último programa a la enfermedad del alzheimer. Para ello, da voz a un paciente de esta enfermedad neurológica que fue diagnósticado a los 58 años. Es Ildefonso Fernández, un riojano que cuenta a lo largo de una emocionante charla cómo fue su diagnóstico, cómo es su día a día y cuáles son las principales reivindicaciones como paciente.
Ildefonso Fernández lamenta el estigma que hay con la enfermedad y que incluso le afectó a él: “yo pensaba que no iba a conocer a mis hijos, iba a estar tirado en una silla, iba a necesitar ir siempre acompañado... pero no es así cuando se detecta temprano. Después de 7 años sigo siendo la persona anterior al diagnostico”.
Este riojano trabajaba en el equipo de dirección del hipermercado Alcampo de Logroño cuando empezó a detectar pequeños olvidos, iba al garaje de su antigua vivienda o a su pueblo a 50 kilómetros en vez de al trabajo. Lo que al principio atribuía al estrés, fue empeorando hasta que, con 58 años, llegó el diagnóstico: Alzheimer.
Ildefonso Fernández cuenta lo importante que fue tener en aquel momento en frente una neuróloga proactiva como la suya: “me transmitió que no era el fin del mundo, que podía luchas y me recomendó a acudir al centro AFA Rioja”. Dos meses después le volvió a llamar y le preguntó si ya había ido: “habíamos estado los dos meses sin hacer nada, pensando que no podía ser y me dijo: si no vas mañana te voy a llevar de la mano”.
Así que hizo caso a la doctora y empezó la terapia. “AFA Rioja a los 20 días me habia cambiado la vision de la enfermedad”, agradece ahora. Allí desarrolla diferentes terapias que le mantienen activo, aunque reivindica que son terapias que pagan los enfermos deberían estar incluídas y financiadas por la Seguridad Social: “el alzheimer es la enfermedad del olvido, pero también es la enfermedad olvidada”.
La enfermedad avanza e Ildefonso lo detecta en su día a día con varios ejemplos que explica en el programa. Cuando ocurre, la psicóloga le ha dicho que respire tres veces, se acerque a un espejo, se mire y sonría. Mientras tanto, él puede llevar una vida normal, con la terapia, las tareas diarias y los viajes: “el 90% de los dias no pienso que tengo alzheimer”.