Una de las controladoras que ayer abandonó su puesto ha pedido “un millón de disculpas” a los ciudadanos porque les da una “pena horrorosa” el caos generado tras el cierre del espacio aéreo , pero ha asegurado que su colectivo no es el “origen del problema”, sino las condiciones de “esclavitud” en las que desempeñan su trabajo.
Así lo ha dicho en declaraciones a Efe recogidas por Rioja2, Merche Canalejo, que ha asegurado que los controladores no querían “llegar a esto”, pero que su actitud la desencadenó la aprobación ayer por parte del Gobierno de un decreto ley que regula el horario laboral de este grupo profesional y que no computa como jornada el tiempo de formación, las guardias y licencias o las ausencias por incapacidad laboral.
Canalejo ha negado visiblemente alterada que su colectivo haya convocado una “huelga salvaje” y ha afirmado que ninguno de los controladores que ayer abandonó su puesto se dio de baja médica. “Ayer lo que se dijo es que con ese decreto no eran unas condiciones dignas. No queríamos trabajar.
La gente estaba tan hecha polvo y tan desmoralizada que se acogió al artículo 34.4 de la Ley de Seguridad Aérea porque no podía atender el tráfico“ ha explicado la controladora sobre una situación que ha llevado hoy al Ejecutivo a decretar el estado de alarma por primera vez desde la aprobación de la Constitución.
Por ello, ha pedido “un millón de disculpas” a los ciudadanos que no han podido viajar estos dos días, pero ha subrayado que los controladores no suponen “el origen del problema”, sino en el hecho de que el Ejecutivo aprobara el citado decreto en vísperas del Puente de la Constitución cuando ellos no están “en condiciones de trabajar” porque es “esclavitud”.
También ha lamentado que el Gobierno sea “incapaz de negociar” y ha denunciado las “amenazas brutales” a las que ha sometido a los controlaores, a los que ha amenazado “con cárcel, aislamiento a todo el que desobeezca, delito de sedición y expropiación de bienes”.