Los cerca de 14.000 millones de euros adicionales prometidos por el G-8 durante la cumbre de L'Aquila son un buen comienzo para combatir el hambre en el mundo, pero una miseria si se comparan con las cantidades de dinero público destinadas a combatir la crisis económica en los países del Norte, según declaró este lunes el primer ministro de Kenia, Raila Odinga.
“Quizá los 20.000 millones de dólares [unos 14.000 millones de euros] destinados durante la última cumbre del G-8 sean una miseria si se comparan con esas cantidades”, señaló Odinga durante la conferencia de prensa que sirvió para dar inicio al Encuentro de la Amistad, un evento político y cultural que se celebra desde ayer en la ciudad de Rimini, en el norte de Italia. “No se si serán suficientes, pero son un buen comienzo”, añadió el primer ministro keniano.
El pasado mes de julio, los dirigentes del grupo de las ocho principales potencias económicas del mundo, reunidos en la localidad italiana de L'Aquila, se comprometieron a incrementar en 14.000 millones de euros durante los próximos tres años para aumentar la inversión agrícola en los países más empobrecidos, una medida con la que esperan reducir el creciente número de personas que pasan hambre.
Según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación [FAO], el número de personas que padecen hambre ascendió hasta los 1.020 millones en 2009 debido a la crisis financiera y al predominio de los altos precios en los alimentos.
En Asia y el Pacífico se calcula que unos 642 millones de personas sufren hambre crónica, 265 millones en África subsahariana, 53 millones en Latinoamérica y el Caribe, 42 millones en África del norte y Oriente Medio y 15 millones en los países desarrollados.