Son los resultados del Estudio Europeo para el Cribado del Cáncer de Próstata (ERSPC), que se ha dado a conocer en la 'web' de la revista 'The New England Journal of Medicine' durante la celebración de este encuentro científico. El ERSPC es el mayor estudio llevado a cabo en todo el mundo sobre la eficiacia de llevar a cabo pruebas de cribado (a personas sanas) y constituye la primera prueba sólida de que hacer esos análisis sería una forma de salvar vidas.
La investigación comenzó a principios de los 90 y se incluyó en ella a pacientes de ocho países: Bélgica, Finlandia, Francia, Italila, Holanda, España, Suecia y Suiza. Las observaciones de los expertos se prolongaron durante un periodo de 12 anos. Se estudió a 162.000 varones de edades comprendidas entre los 55 y los 69 años. Ninguno de los voluntarios había pasado por pruebas médicas para la detección precoz del cáncer.
Tomando la iniciativa de someter a análisis a hombres que no han dado síntomas de padecer trastorno alguno, para detectar la enfermedad a tiempo, los investigadores buscaron un marcador llamado PSA en varones mayores y realizaron seguimiento de los casos. El resultado es que los fallecimientos de pacientes por metástasis (extensión del cáncer a otras partes del organismo) se redujeron notablemente.
Los datos exactos demostaron que como media, por cada 1.408 hombres sometidos al análisis, 48 padecían cáncer y recibían terapia, lo cual resultaba en una vida salvada. Las pruebas de cribado se llevaron a cabo cada cuatro años. A todos los pacientes que mostraban niveles de PSA por encima de 3 ng/ml se les ofreció someterse a una biopsia.
Fritz Schröeder, máximo responsable del estudio a nivel internacional, explicaba en el encuentro de Estocolmo que “la prueba de PSA logra reducir un 20 por ciento la mortalidad por cáncer de próstata, lo cual supone una información importante para las autoridades sanitarias a la hora de utilizar esta herramienta de diagnóstico para prevenir fallecimientos por esta causa”.
“Con todo, el ERSPC también está a punto de completar una serie de análisis complementarios sobre la calidad de vida y la relación entre coste y eficacia de esta medida, uno de los factores que habrá que tener en cuenta a la hora de poner en marcha una política nacional en esta materia”, añadía.