Balonmano, del bueno, del que engancha, del que hace afición. Eso se vivió este miércoles noche en el Palacio. Tensión y emoción en cada jugada, protestas continuas en ambos bandos ante lo que había en el envite. Intensidad, acciones al límite, paradas y golazos, muchos de ellos firmados por un espectacular Malmagro, que acabó con 11 tantos. El triunfo se quedó en Logroño porque el Naturhouse La Rioja supo cambiar una defensa 5-1 inicial que no le dio buen resultado, apretó los dientes en esa parcela, controló las transiciones de un Abanca Ademar León que pasó de la velocidad a la pausa y supo dar el arreón definitivo para no inquietarse por el triunfo.
El 32-27 final no demuestra el equilibrio que hubo durante la hora de partido. De hecho, los leoneses con un gran Carrillo (sólo jugó la primera mitad y marcó 7 dianas) montaban contras imposibles de frenar por un Naturhouse que no estaba fino en el lanzamiento, Cupara también hizo lo suyo. Los de Rafa Guijosa comenzaron con brío, atacando rápidamente para mandar en el marcador durante muchos minutos. Pese a ello, los empates eran constantes hasta el 9-9. Los riojanos iban siempre por detrás y les costaba más modificar el electrónico que a sus rivales, más certeros en ataque.
Carrillo, don dos goles seguidos, provocó un 9-11 (min. 18) que empezaba a encender las alarmas. Pero este Naturhouse no se pone nervioso, no se precipita, sabe que va a encontrar la manera de revertir la situación. Así fue. Con Stenmalm lesionado -notó un tirón y aun así durante la segunda mitad ayudó en alguna defensa- Molina tuvo que asumir protagonismo en ataque. Lo hizo con valentía. Tanta que tres goles consecutivos suyos colocaban a los franjivinos por delante por vez primera en el choque (12-11, min. 23).
Gol con el tiempo cumplido
Fue un visto y no visto, ya que Carrillo y Zildic devolvían la ventaja (12-13, min. 27) a un Ademar compacto, al que le costaba mucho tirar a portería y que rozaba el pasivo en casi todas sus acciones. El daño lo hacía cuando podía correr. Sin embargo, un parcial de 3-0 dio aire al Naturhouse. Ángel Fernández y Molina dejaban un 14-13 más que interesante. Con lo que nadie contaba era con el 15-13. Uno de esos goles que rara vez suele verse. De golpe franco y con el tiempo ya cumplido. Pero Malmagro -que ya ha marcdo alguno más esta campaña en idéntica situación- hizo lo que parecía imposible, superar la barrera y batir a Cupara.
Un gol psicológico y que ayudó a los locales en el comienzo de la segunda mitad. Vigo y Malmagro ampliaban la diferencia (17-13, min. 33) provocando el tiempo muerto de Guijosa. Se abría hueco y era importante mantenerlo. Garabaya mantenía firmes a los suyos, mientras que el ataque era fluido. A ello colaboraron las diferentes exclusiones que sufrieron ambos conjuntos. En especial un Ademar que se estuvo un rato con cuatro jugadores de campo más el portero. Una situación que aprovechó el Naturhouse para acomodarse alrededor de los 5 goles arriba (20-15, min. 37 y 22-17, min. 39).
Dos goles de Juanín, que retornaba al Palacio, uno desde los 7 metros y otro de pillería en superioridad mientras Pedro Fernández realizaba el cambio con Kappelin parecían mantener las esperanzas de un Ademar que sufría en defensa porque Malmagro, durante el último cuarto de hora, dio una lección de tiro: vaselina, tiro lejano, penetracción... y eso que falló un penalti. Precisamente una vistosa vaselina sobre Biosca dejaba un 27-21 (min. 48) difícil de contrarrestar por mucho que Guijosa agotara las cartulinas verdes.
Sin relajación en el cuadro franjivino
El Naturhouse no se relajó, continuó apretando las tuercas en defensa -especial aportación de Miguel Sánchez en esa faceta sacando manos de todas partes y metiendo el cuerpo siempre para evitar el lanzamiento- y pese a que Acacio daba muestras de su calidad era de los pocos entonados en un Ademar que echó de menos el acierto de Vieyra (tuvo dos exclusiones) y la presencia de Carrillo -en el banquilo durante en la segunda mitad-. Los de Jota González se veían ganadores, habían trabajado para ello, así que supieron controlar los minutos finales para evitar que los leoneses creyeran en poder sumar. El 30-26 y el 31-27 fue lo más inquietante. Para cerrar el espectacular duelo que se vivió en el Palacio, Garabaya -formidable en defensa-, a la media vuelta, anotó el último tanto del encuentro.
Sin tiempo casi de respirar, el Naturhouse acude este sábado a Oporto para tratar de defender la primera plaza del grupo C de Champions League. Un triunfo riojano alejaría a los portugueses de esa posibilidad y sólo el Meshkov Brest, que viene al Palacio el sábado 28 de noviembre, podría, si hace los deberes este fin de semana, estar en condiciones de pugnar por el liderato. Evidentemente, sería dar un paso de gigante en las aspiraciones de un conjuno riojano que sigue gafado tras la lesión de Stenmalm y que provoca que algunos jugadores tengan en su cuerpo más minutos de los deseados.
Naturhouse La Rioja: Kappelin (p), Pedro Rodríguez (3), Miguel Sánchez, Garabaya (2), Stenmalm (2), Vigo (4) y Ángel Fernández (4), siete inicial, Malmagro (11, 3p), Val, Molina (6), Javi García, Velasco.
Abanca Ademar León: Cupara (p), Carou, Vieyra (3), Carrillo (7, 1p), Acacio (6), Huerta (2) y Agirrezabalaga (1), siete inicial, Leo (2), Juanín (2, 1p), Piñeiro (1), Zildzic (3), Tot y Biosca (p).
Parciales: 4-4, 6-6, 8-8, 10-11, 12-11, 14-13 (descanso); 18-14, 22-18, 25-20, 28-22, 29-24 y 32-27 (final).
Árbitros: Ignacio García Serradilla y Andreu Marín Lorente. Fueron excluidos los locales Molina (min. 24), Miguel Sánchez (min. 34), Stenmalm (min. 41) y los visitantes Vieyra (mins. 4 y 38), Acacio (min. 13), Leo (min. 15), Agirrezabalaga (min. 34), Juanín (min. 36), Carou (min. 46) y Piñeiro (min. 52).
Incidencias: Unos 1.500 espectadores en el Palacio de los Deportes.