El Unicaja de Málaga consiguió finalizar la fase de grupos de la Euroliga como primero tras imponerse (92-69) al Maccabi Electra en la última jornada, en un partido donde los andaluces aprovecharon su excelente comienzo para dejar sin opciones a los israelíes, y donde la seguridad del Martín Carpena cobró protagonismo. El conjunto de Aíto García Reneses alargó hasta siete la sensacional racha de partidos ganados que posee en la competición continental y lo hizo merced al acierto desde el perímetro. Carlos Jiménez y Thomas Kelati propiciaron un fulgurante inicio local, que sirvió como lastre de los 'amarillos' hasta el ecuador del encuentro.
Unicaja funcionó como una auténtica máquina, lo que permitió marcadores como el 15-2 y el 21-4 durante los 10 primeros minutos. Ante esto, el equipo israelí, dirigido por Pinhas Gershon, que paró el encuentro con un tiempo muerto, cambió de actitud, aunque de manera progresiva.
Desde una sólida defensa, y como era lógico, el Maccabi despertó con las dos tempraneras faltas de Robert Archibald, que le apartaron del parqué. Esta situación 'metió' en el choque a los subcampeones de la competición, pero en ningún momento hicieron temblar los pilares cajistas.
La solución a la salida de Archibald fue Boniface N'Dong, un seguro para Aíto, que vio cómo el senegalés mejoraba los guarismos de su compañero desde bien pronto. En el bando contrario, Marcus Brown --ex del conjunto malacitano-- fue de lo mejor e intentó maquillar el desaguisado que se formó tras el descanso.
FINAL SOBRESALIENTE
Tras el tercer cuarto, Carlos Cabezas se unió a la fiesta y aportó hasta cuatro robos de balón que acabaron en canasta. El base español fue el 'culpable' de que Unicaja pisara el acelerador a fondo, aunque los andaluces se caracterizaron por su actuación conjunta porque hasta cinco de sus jugadores se fueron por encima de los 10 puntos.
Una victoria para los de Aíto que se terminó de fraguar al final del tercer acto (70-55). Los israelíes, con la clasificación en el bolsillo antes del encuentro, bajaron los brazos y dejaron hacer y deshacer a un Unicaja sobresaliente.
El partido, marcado por unas fuertes medidas de seguridad, se desarrolló sin problemas a pesar del temor de que el equipo hebreo pudiera ser objeto de un atentado terrorista o de incidentes antisemitas, a raíz del conflicto que mantiene el Estado de Israel con el grupo islamista radical 'Hamas'.