Un grupo de vecinos de Rincón de Soto ha acudido al Ayuntamiento del municipio, al Gobierno de La Rioja y al Defensor del Pueblo para denunciar el perjuicio que supone la actividad de una empresa en su calle.
Una de sus quejas es la reparación realizada en el tejado. Desconocen si esta reparación ha sido realizada por una empresa autorizada y alertan de la situación de riesgo para su salud que supone esta obra. Han acudido a Salud Laboral para averiguar si este trabajo ha sido hecho por una empresa no autorizada a manipular amianto.
“Creemos que la vida útil de la uralita ya se ha terminado y que podemos estar siendo víctimas del amianto cuando salimos a respirar aire a nuestra terraza, que está totalmente pegada al tejado de amianto. A veces los vecinos encontramos ”polvillo“ negro en nuestras terrazas. ¿Puede ser amianto?”.
Para asesorarse, han entrado en contacto con la asociación ANANAR, la Asociación Navarra de Amianto Nuevo Amanecer Respirando.
Alertan de que respirar amianto puede producir dificultada para respirar y cáncer de pulmón. Por ley, la retirada de uralita es obligatoria cuando esta ha llegado al final de su vida útil y es obligatorio retirarla cuando ha sufrido algún desperfecto. Así mismo, está prohibido efectuar cualquier reparación sobre este material.
Intensa actividad
Los vecinos y vecinas creen que la empresa está registrada en el Ayuntamiento desde que se constituyó como empresa embotelladora hace más de 50 años, aunque actualmente es una gran distribuidora de bebida para toda la zona y no ven esta actividad en su información.
Denuncian que, “a diario, presuntamente, sin ningún control de horarios establecidos ni acordados con el Ayuntamiento, llegan los camiones de 24TN a descargar mercancía que posteriormente distribuye la empresa en objeto, con su flota de camiones medianos, por los pueblos de la zona” y les sorprende “este libre tránsito de camiones de 24TN cuando en todas las entradas a Rincón de Soto hay señales de prohibido camiones de más de 10 TN”.
También llegan los camiones cisternas ADR, de mercancías peligrosas para llenar sus tanques industriales de CO2 y gasoil, que “tenemos pegados a nuestras camas. No hay ninguna vigilancia en el momento de la descarga”.
Con estos tanques industriales más todos los camiones que tienen aparcados en los almacenes colindantes a las casas, “han convertido nuestra calle en un polvorín. Si un día hay un pequeño incendio en la zona, la explosión que se produciría sería absolutamente devastadora. Todas estas actividades se realizan directamente en la calle sin ninguna medida de protección para los vecinos y los viandantes”, añaden.
“Mientras esto ocurre en nuestro lado de la calle, en el lado más cercano al Ayuntamiento; pero en la misma calle, encontramos esta curiosa señal. ¿Estamos hablando de ciudadanos de primera categoría y de ciudadanos de segunda categoría?”
También denuncian que las carretillas, sin matrícula, suben por las aceras. “Tenemos una calle desastrosa, las aceras casi no se aprecian, golpean nuestras casas, pero no pasa nada, la calle es su centro de operaciones logísticas, donde realizan todo tipo de carga, descarga y preparación de camiones”.
Mientras el resto de empresas instaladas en el polígono industrial utilizan sus almacenes para realizar dichas actividades, esta empresa “las realiza en nuestra calle. No hay momento para el descanso, ni la siesta, ni días festivos. A medianoche llegan a meter los camiones en sus almacenes y el domingo siguen con sus camiones operando en la calle”.
El pasado 22 de julio, llamaron al alcalde para que estuviera presente en la descarga del camión del CO2, ADR de mercancías peligrosas, pero, como estaba reunido, llamaron a la Policía Municipal. Aseguran que uno de los agentes se mostró desafiante y cuestionó la llamada, mientras que otro les informó de que iba a realizar un informe. “El mismo día volvimos a requerir los servicios de la Policía Municipal porque un trabajador de la empresa casi atropella a mi madre en la acera. No es la primera vez que hay problemas con dicho trabajador que se ha encarado con mi madre ya varias veces”.
El 2 de agosto, la Policía Municipal fue requerida nuevamente porque la calle estaba bloqueada con un trailer y un camión mediano que impedían que una vecina accediese a su casa con el coche. “Los problemas con los transportistas también se suelen suceder y una vecina tuvo que presentar una denuncia ante la Guardia Civil de Aldeanueva de Ebro”.
En conclusión, consideran que “la existencia de esta empresa en el centro del pueblo es un absoluto perjuicio para todos los ciudadanos. En cualquier momento puede haber algún atropello no solo en nuestra calle, sino en en cualquier calle, puede haber una tremenda explosión, o podemos llegar a ser víctimas futuras del amianto, sin contar el estrés que genera no poder descansar correctamente ningún día”.
Critican que el alcalde no dé una respuesta a los vecinos afectados y no responda ni al Gobierno de La Rioja ni al Defensor del Pueblo.
Preguntado por Rioja2, el alcalde de Rincón de Soto, Carlos Paul, ha explicado que el Ayuntamiento está en contacto con la empresa para tramitar una solución, que “no es fácil y llevará un tiempo”.