Han sido muchas jornadas sin ganar y muchos sinsabores los vividos en el seno del Comillas, pero este sábado el triunfo fue claro y las ganas de hacer las cosas bien evidentes.
Un 1-2 ante el Lagunak que sabe a trabajo bien hecho si se tiene en cuenta que en todo momento el Comillas se sintió superior, dominando el campo y creando múltiples jugadas de gol que tuvieron su culminación en un segundo tanto de cabeza de muy bonita factura a falta de 15 minutos para terminar el partido. El primero fue obra de Benito quien se encargó de transformar un penalti. Posteriormente Mikel batió antes del descando la portería rival. Y finalmente fue Rubio el autor del definitivo tanto del partido.
Parece que el nuevo entrenador, José Antonio García Chinchetru que sustituyó al alfareño José María Baldero, ha dado savia nueva a los jugadores que se dejaron la piel en el campo y que podían haber ampliado esa victoria a nada que la suerte hubiera estado un poco menos esquiva. Triunfo trabajado que sabe a gloria.