El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió este domingo ante miles de militantes socialistas que en las medidas de recorte de gasto anunciadas por el Ejecutivo “no hay cambio ni bandazo”, sino una respuesta “a las circunstancias” con “responsabilidad” y “pensando en el futuro de España y no en ninguna convocatoria electoral”.
En un mitin y rodeado de alcaldes de su partido en Elche (Alicante), el jefe del Ejecutivo advirtió además de que no aceptará “ninguna crítica de injusticia social a aquéllos que nunca se acordaron de las políticas sociales, ni hoy, ni ayer, ni nunca”, recordando que los gobiernos del PP “nunca se acordaron” de los trabajadores que cobran el salario mínimo, ni de los dependientes, ni de los funcionarios.
De hecho, Zapatero opinó que son “injustas” algunas de las críticas que ha recibido su programa de recortes, que reducirá un 5 por ciento como promedio el sueldo de los funcionarios y congelará la mayoría de las pensiones en 201. En concreto, precisó que las nuevas medidas sólo reducirán el gasto social del Gobierno central en un 1,5 por ciento y que desde 2004 ha subido las pensiones mínimas un 49 por ciento y las becas un 70 por ciento, que ha creado un sistema de atención a los dependientes, aumentado la prestación por desempleo y creado el permiso de paternidad.
“Unos hablan de la familia, pero para que todo el mundo piense como ellos, lo que les preocupa es el modelo de familia, pero nosotros hacemos un esfuerzo de apoyo”, argumentó. Zapatero criticó también al PP por pretender eliminar “el ministerio y las políticas” de Vivienda y defendió que su Gobierno ha promovido 500.000 viviendas protegidas.
Con esas armas, defendió que en su gobierno no hay “ni cambio ni bandazo, y menos un cambio en las señas de identidad” de su “proyecto de cohesión social” y presentó las “decisiones difíciles” como una muestra de “responsabilidad” que los ciudadanos sabrán valorar. Incidió asimismo en que no ha dejado caer su principal compromiso, la protección por desempleo, que supone 30.000 millones de euros al año.
Así, insistió una y otra vez en que este esfuerzo que ahora pide, que agradeció personalmente a los funcionarios --“no es en vano, es en beneficio del país y siempre se lo reconoceré”, dijo--, es necesario “por el interés general”, por el bien de la “solvencia y la credibilidad” de España y para poder volver a aumentar la política social y las pensiones cuando retorne el crecimiento económico. Defendió asimismo que todos los países europeos están tomando medidas similares, después de, haber “improvisado” un fondo de apoyo al euro de 750.000 millones de euros, ironizó en referencia a las críticas del PP.
En su primer acto con el PSOE después de anunciar el recorte de gasto, el jefe del Ejecutivo se vio arropado por los alcaldes de su partido y por miles de simpatizantes -5.000, según el PSOE-- que le recibieron al grito de “presidente” y le aclamaban llamándole “valiente”.
El auditorio estuvo cálido pero el líder socialista, en vaqueros y camisa como es habitual en los actos de partido evitó cualquier atisbo de distensión y optó por defender con firmeza sus decisiones para “corregir” el endeudamiento en que incurrió el Gobierno para paliar los peores efectos de la crisis con medidas como el Plan E--“no podíamos pedir a los ciudadanos más esfuerzo para financiarlo” argumentó--.
SIN PISTAS DEL NUEVO IMPUESTO
Además, llamó a los socialistas a salir a explicar las nuevas medidas y a defender que en todas ellas hay un componente de “equidad” porque, aunque el esfuerzo tiene que ser “colectivo”, no se les puede pedir “a los que menos posibilidades tienen” “a los que tienen más hay que pedirles más esfuerzo”. “Así lo haremos”, dijo entre aplausos del auditorio pero sin dar más detalles sobre los planes fiscales del Gobierno.
Zapatero reconoció que a pesar de los esfuerzos explicativos habrá, como ya está habiendo, “protestas de los que no las comparten, como las centrales sindicales”, pero insistió en su “respeto” por los representantes de los trabajadores, que “cumplen una función básica de la democracia”.
Y además, aseguró que las protestas sindicales no le harán pensar de otra manera: “Nosotros no cambiamos, decíamos lo mismo antes, cuando no las teníamos, y ahora que las vamos a tener”, apuntó.
LLAMA AL ACUERDO LABORAL
A los sindicatos y a la patronal les dirigió también otro llamamiento, “voluntad” de acuerdo para una reforma laboral “que ayude a que los jóvenes tengan una perspectiva de empleo estable”.
Zapatero recordó que su intención es hacer la reforma con acuerdo de los agentes sociales y defendió que es necesaria para “ayudar a la creación de empleo” y cambiar el empleo “precario y temporal” por “estable e indefinido”, ayudando a las empresas y contratar y “manteniendo los derechos de los trabajadores”. “Es la gran tarea para las próximas semanas, en la que el Gobierno está volcado”, aseguró.
A un año de las elecciones municipales y autonómicas, Zapatero agradeció el compromiso de su “gran partido” y a los alcaldes socialistas su “coraje y temple” porque son los que más de cerca viven los problemas de los ciudadanos. Por eso, les llamó a mantenerse “decididos y determinados en favor del interés general”.
“Sabemos asumir las decisiones difíciles y, no tengáis ninguna duda de que el rumbo que hemos trazado dará sus resultados, que volveremos a la creación de empleo y podremos mirar atrás y decir 'mantuvimos el apoyo a los desempleados y la cohesión social”, proclamó Zapatero, que finalizó con una última critica al PP: “Volveremos a la creación de empleo que es lo que quiere la sociedad, salvo algunos que quieren otra cosa”.