Se celebró la final del “Zapato de Plata” en Arnedo, se llevó el trofeo el francés Adrien Salenc cortado dos orejas al cuarto de la tarde, galardonado con la vuelta al ruedo, con novillos de la ganadería de “Los Ronceles” de buen juego, el segundo y sexto buenos, quinto malo. Tarde de detalles y sobresaliente en quites variados.
La tarde la arrancó Adrien Salenc tras su saludo capotero, intentó calentar el ambiente con los rehiletes, pero con la flámula toreó por ambos pitones a un astado que salía con la cara altita, pero no llevó a tomar vuelo la faena, tras un pinchazo y una media sonó el aviso mientras caía el novillo, palmas. Con el cuarto de nombre “Rayón” jugó bien con el capote, realizando “salencinas”, volvió a coger los garapullos para intentar llegar fácil a la grada.
La faena al novillo fue de menos a más comenzando por el derecho templando la buena embestida del astado, al natural templó y toreó arrancado alguna ovación. Con los aceros acertó con una buena estocada. La presidencia estuvo acertada con la vuelta al novillo pero le regaló la segunda oreja.
Carlos Ochoa que hacía segundo de la tarde bordó el toreo de verdad, con el capote le bajo la cabeza a pies juntos y sacó unas verónicas desmayadas por ambos pitones y su facilidad capotera, pero con la muleta templó con la mano baja por el derecho, facilidad de cambios de manos, unos pausados naturales y barriendo el albero con la muleta, pero basó inteligentemente la faena por el derecho ya que tenía un poco más de recorrido, terminó la faena con unos pases de rodillas, pero lo de ley ya lo había realizado, pinchó y perdió el zapato de su horma.
El quinto y de nombre “Pájaro” le hizo pasar un mal trago y lo levantó en varias ocasiones, si se hubiera dedicado a realizar lo que sabe otra faena hubiéramos visto, pero nos demostró su valor, no amedrentándose y siguió delante de astado, teniendo la andanada en vilo.
Daniel García, su primero y tercero de turno que tenía su guasilla, no consiguió realizar tandas largas ya que a partir del tercer pase se distraía y salía suelto, no llegó a someterlo del todo, con unos estatuarios cerró la faena y lo despachó de una buena estocada En el sexto de la tarde manejó bien el capote y con los trastos volvió a demostrar su tauromaquia, de temple y suavidad por ambos pitones, con manoletinas y otra buena estocada cerró su actuación cortando una oreja.
Parece que se enfrentaron en el ruedo tres tauromaquias distintas, y qué injusto es todo, hay uno que lo intentó y no llegó pero cortó una oreja, otro hizo la cara y la cruz pero lo bordó, y el populista se lo llevó con dos orejas y la venia del palco.