La comunidad internacional ha aportado tan solo el 40 por ciento de los 700 millones de dólares solicitados para ayudar a Zimbabwe, según afirma la Oficina de la ONU de Coordinación de Asuntos Humanitarios [OCHA]. Su representante, Augustino Zacarías, destaca que aunque este país africano no vive un conflicto armado, la escasez de alimentos y brotes de enfermedades constituyen importantes retos.
Según la Organización de las Naciones Unidas, seis millones de personas no tienen acceso a agua potable y saneamiento adecuados, esto contribuyó a la reciente epidemia de cólera que causó la muerte de más de 4.000 personas el año pasado.
El Programa Mundial de Alimentos [PMA] y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación [FAO] ya habían advertido meses atrás sobre que la inseguridad alimentaria persiste en Zimbabwe, a pesar de las mejoras en la producción agrícola y la liberación de las importaciones.
Según un estudio conjunto de los organismos de la ONU, la abundancia de lluvias hizo que en 2009 se duplicara la producción del cultivo básico de Zimbabwe [el maíz] con más de un millón de toneladas. Además, la reforma del mercado de cereales, que incluye el libre movimiento y compraventa de granos dentro del país, había permitido llenar los estantes de los comercios y reducir los precios.
No obstante, el mismo estudio señala que los productos básicos están todavía fuera del alcance de la mayoría de las familias sin acceso a divisas extranjeras. Naciones Unidas subraya que durante el próximo año cerca de 3 millones de personas sufrirán la escasez de alimentos y estima que se requerirán casi 230 millones de toneladas de comida.