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Sobre este blog

Así inicia el alter ego de Herman Melville el relato del viaje del capitán Acab a bordo del Pequod para cazar a Moby Dyck, la ballena blanca. Como Acab, el blog persigue a un monstruo: la verdad, que resultará mortal. Pero, Fèlix Martínez, periodista, elige el papel del cronista, que, a pesar de convivir con caníbales, piratas y proscritos, para ser testigo de la aventura suicida, y acabar como el único superviviente del Pequod.

Todos los escándalos del caso Pujol

Fèlix Martínez

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Sobre este blog

Así inicia el alter ego de Herman Melville el relato del viaje del capitán Acab a bordo del Pequod para cazar a Moby Dyck, la ballena blanca. Como Acab, el blog persigue a un monstruo: la verdad, que resultará mortal. Pero, Fèlix Martínez, periodista, elige el papel del cronista, que, a pesar de convivir con caníbales, piratas y proscritos, para ser testigo de la aventura suicida, y acabar como el único superviviente del Pequod.

El caso Pujol ha convertido de un plumazo a uno de los grandes referentes de la transición en un icono de la corrupción. El expresidente de la Generalitat aparece ahora, a sus 84 años, en el imaginario colectivo en el patriarca de un clan mafioso que lleva expoliando las arcas públicas de Cataluña durante las últimas tres décadas. Pero lo cierto es que no hay un solo caso Pujol.

De hecho, se mezclan especulaciones, filtraciones interesadas y rumores con hechos contrastados en el gran escándalo que azota la vida política de Cataluña. Pero, en realidad, los resultados de las investigaciones judiciales pueden acabar decepcionando a la población.

El caso está compuesto de un conjunto de escándalos que ya han condenado al clan Pujol ante el tribunal de la opinión pública, pero sólo algunos de ellos tienen posibilidades de prosperar en la Administración de Justicia. Entre otras cosas porque cada nueva revelación sobre las actividades ilegales de los Pujol apunta a que La Moncloa, fuera quien fuera su inquilino, estaba al corriente de muchas de esas corruptelas y las ignoró por dos razones: porque CiU ha sido en los últimos 30 años un elemento esencial para que los dos grandes partidos se alternen en el poder, y por la decisión de los diferentes gobiernos de administrar la información en el caso de necesitar un golpe fatal a la formación fundada por Jordi Pujol en 1974.