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Ciudadanos reniega de la medida estrella contra la contaminación de Madrid a las puertas del 10N

José Luis Martínez-Almeida y Begoña Villacís, tras una Junta de Gobierno. / Ayuntamiento de Madrid

Sofía Pérez Mendoza

El día que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, presentó el plan contra la contaminación del nuevo Ayuntamiento, Ciudadanos –la mitad del mismo Gobierno– empezaba a dar síntomas de que no comulgaba con todas las medidas. La vicealcaldesa, Begoña Villacís, se sentó en primera fila pero no subió al estrado. En las redes sociales de Ciudadanos, su partido, se produjo un silencio incómodo en esa jornada. Ni una mención a Madrid 360. La discrepancia pública asoma ahora, un mes después de aquella presentación, a las puertas de las elecciones generales y con el partido de Albert Rivera desplomado en las encuestas.

“Usar Madrid Central para atravesarla no es algo que beneficie a día de hoy”, afirmó la vicealcaldesa este martes sobre la medida estrella de Madrid 360: reabrir el tráfico de paso en el centro a los vehículos con etiqueta C siempre que lleven dos o más ocupantes. Villacís fue clara: “En este punto discrepamos, en el 99% restante, no”.

Sucede que ese punto es crucial en la nueva política de movilidad diseñada por el Gobierno del que forma parte. Al alcalde de Madrid y socio de Villacís no le ha sentado bien el cambio de tercio de la otra mitad del gobierno y rechaza dar marcha atrás a su medida, pese a que ha podido constatar en el último mes que no encuentra aceptación ni en la oposición, ni en el Ministerio de Transición Ecológica, ni entre los expertos municipales, ni entre los técnicos. Ahora es su socio de Gobierno el que se ha puesto en frente.

“Desconozco si es un giro de última hora. Madrid 360 fue presentado con el conocimiento de todo el equipo de gobierno y con la presencia del alcalde y la vicealcaldesa. En las declaraciones públicas que hicimos ambos entendimos que era el mejor camino. Yo lo que presenté es un acuerdo y contenía todas esas medidas”, respondía el alcalde. Hace solo tres semanas, Villacís respaldaba que la alta ocupación de los vehículos era una buena idea porque “hay mucha gente” que quiere ir al centro.

Así las cosas, el Partido Popular ya está oficialmente solo en la defensa de una medida que es, en realidad, la única del plan que se desmarca de Madrid Central, la propuesta estrella de Manuela Carmena para combatir la contaminación en el centro. El resto de restricciones incluidas en el área de bajas emisiones que evitó la multa de Bruselas–salvo considerar residentes a los comerciantes– han quedado intactas.

¿Ciudadanos avaló entonces presentar un plan contra la contaminación con una medida estrella que rechazaba? “Tuvimos conocimiento de esa medida y ya les habíamos dicho que concretamente en ese punto no estábamos de acuerdo. Sabían que no nos gustaba”, justifica la vicealcaldesa al ser preguntada por el momento político elegido para escenificar uno de los primeros disensos del Gobierno municipal de coalición.

La primera voz en contra en Ciudadanos no fue la suya, sino la del concejal Santiago Saura, que abonó el camino en un foro organizado por Madrid Diario. “Permitir el tráfico de paso por el distrito centro de vehículos con etiqueta C es una medida que genera dudas y que puede tener efectos negativos sobre el tráfico y la calidad del aire”.

La iniciativa no resultó muy popular desde el principio pero trataba de dar continuidad a la férrea que Ciudadanos y el PP practicaron desde la oposición a las medidas de restricción de tráfico del anterior gobierno local. Las asociaciones ecologistas y la oposición fueron las primeras en mostrarse en contra de los planes del bipartito de derechas. Después fue la Comisión de la Calidad del Aire, donde políticos, técnicos y expertos dieron la espalda al recorte de restricciones en el caso de los C. Nadie, salvo el PP, veía claro en aquella reunión técnica que dejar entrar más coches al centro fuera la mejor estrategia para reducir las emisiones contaminantes en la ciudad.

Lo reconoció el delegado de Medio Ambiente, Borja Carabante. “El debate que se ha suscitado en la comisión ha sido prácticamente unánime en torno a una de las medidas, que es la circulación por el distrito centro de los vehículos C de alta ocupación”. Según fuentes presentes en aquella cita, Ciudadanos ya manifestó en la comisión cierta discrepancia con la entrada de los vehículos C e insistió en medir el impacto en las emisiones con una modelización precisa, que aún no se ha hecho, antes de aprobar el plan. Vox no habló.

Ya entonces Carabante se abrió a modificar Madrid 360 con las aportaciones de otros grupos políticos. El alcalde lo volvió a repetir este martes, cuando la vicealcaldesa dio un paso más y confirmó ante los periodistas que ya había pedido al PP que retire la medida. “No es de aplicación inmediata. Van a pasar alrededor de siete meses hasta que se modifique la ordenanza de movilidad. Queda recorrido de negociación”, lanzó Villacís. “Estamos abiertos a todas aquellas medidas que mejoren todo lo que está dentro”, respondió Martínez-Almeida.

El equipo del alcalde asegura que no renuncia a intentar convencer a Ciudadanos para mantener la medida y avanza que cuantificará su impacto. Martínez-Almeida insiste en que retirar parcialmente las restricciones para estos vehículos “sacará vehículos privados” de la circulación pese a que no lo ha medido todavía. “El carsharing es una tendencia imparable y por ahí va a la filosofía de que los C con dos o más ocupantes puedan circular”.

Al PP se le pone el viento en contra de sus decisiones sobre movilidad. Primero fue la suspensión temporal de las multas de Madrid Central, tumbada por los tribunales. Y esta misma semana se ha topado con su socio de Gobierno enfrente y una oleada de críticas por empezar a desmontar los carriles bici que creó la anterior corporación. “No hablemos de discrepancias ni mucho menos porque no es lo que toca. Tenemos que llegar a un gran acuerdo”, intentó zanjar el regidor, que en público asegura que “las elecciones no van a influir en el Ayuntamiento de Madrid”.

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