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Almeida, tras la protesta contra el fin de Madrid Central: “Pretenden ganar en la calle lo que no consiguieron en las urnas”

Almeida responde a la protesta por Madrid Central.

Sofía Pérez Mendoza

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha respondido a la multitudinaria manifestación que le exigió el sábado no retroceder en las restricciones al coche en la ciudad y mantener Madrid Central. El regidor ha vinculado la protesta con la “izquierda”, a quien ha acusado de “pretender ganar en la calle lo que no consiguieron ganar en las urnas”.

“Le recomendaría a la izquierda que se tranquilizara y nos dejara trabajar, que acepten el resultado de las urnas y el mandato democrático”, ha abundado en declaraciones a la prensa este lunes, cuando arranca la moratoria en las multas. La manifestación que discurrió el sábado por las calles de Madrid reunió a cientos de personas y también a grupos políticos de la oposición, como el PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos.

El nuevo Ayuntamiento de Madrid está haciendo, según Almeida, “un ejercicio de responsabilidad con Madrid Central”. “Estamos haciendo un ejercicio de evaluación de las consecuencias que ha generado, que todos sabemos que son indeseadas y, por tanto, estamos cumpliendo con la obligación que tiene un gobierno”, ha justificado.

El alcalde, además, ha advertido de que su equipo no se va a “apartar” de los programas electorales que fueron votados“ y que incluían el fin de las restricciones. Las promesas de acabar con la medida, sin embargo, se ha quedado de momento en una moratoria que de facto deja sin efecto el perímetro con tráfico restringido.

Este lunes ha entrado en vigor la moratoria en las multas por entrar en Madrid Central. En la práctica, dejar de sanciones a los vehículos que accedan a la almendra restringida implica no solo desmontar el proyecto estrella de Ahora Madrid sino volver a la situación de 2004, porque las cámaras que los controlan son las mismas que se usaban para las Áreas de Prioridad Residencial (APRs) que instauró entonces el PP. Funcionaban en Letras, Cortes, Ópera, Embajadores y Lavapiés, barrios cada vez más turísticos en los que hace tiempo que la gente tomó la calzada y que ahora verán cómo los coches campan en libertad.

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