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La Comunidad de Madrid da diez años a los salones de juego para alejarse de los colegios

Un local de Codere.

Sofía Pérez Mendoza

La Comunidad de Madrid dejará una década a los propietarios de los salones de juego para que se alejen de los colegios. El Gobierno regional, liderado por Pedro Rollán, ha aprobado este martes el decreto para poner coto a este negocio. La nueva legislación no permite la apertura de estos locales de apuestas a menos de 100 metros de los centros educativos, pero permite que los que ya existen se mantengan en la misma localización en los próximos diez años. 

Rollán ha explicado que la moratoria es “la mejor manera de garantizar la seguridad jurídica, ante posibles demandas” de los propietarios y ha asegurado que “no se pueden legislar limitando los derechos” que ya tenían adquiridos los titulares de estos negocios. Fuentes de la Consejería de Economía explican que se ha establecido este plazo porque es “la vigencia de las licencias” y admiten que se han producido reuniones y negociaciones con el sector. “Han presentado alegaciones, pero no podemos dar la información”, señalan las mismas fuentes. 

En Madrid hay 385 locales de juego afectados por la nueva normativa. El Gobierno regional, sin embargo, no aporta datos de cuántos de estos establecimientos se encuentran a menos de 100 metros de colegios o institutos. 

La legislación, que entrará en vigor en cuanto se publique en el BOCAM, no solo marca una distancia mínima a los centros de educación. También incluye obligaciones que los salones de juego solo podrán demorar entre seis y nueve meses. En ese periodo, tendrán que incorporar nuevos controles de acceso para menores y personas que han pedido ser registradas como ludópatas. Ese control debe situarse “a la entrada del local” para que “ninguna persona pueda entrar (...) sin haber pasado obligatoriamente” por el servicio de admisión. 

También se obliga a que haya, al menos, una persona encargada de este control en todo momento en el que los locales permanezcan abiertos. Este empleado tendrá que, además de requerir la documentación a los clientes, registrar los accesos a través de un “sistema informático previamente homologado”, conectado a las bases de datos de la Comunidad de Madrid. Esta información se conservaría durante seis meses y podrá ser consultada “por los funcionarios que desempeñan las funciones inspectoras” en este ámbito.

La protección a los menores también se amplia con la prohibición de las “máquinas con juegos infantiles o deportivos con premio en especie”, hasta ahora permitidas. Así, en una disposición transitoria, se da un plazo de 12 meses para la eliminación de las máquinas señaladas, pero “prorrogable por otros seis meses para aquellas máquinas que tuviesen una antigüedad inferior a un año”.

Los locales de apuestas y salones de juegos tampoco podrán anunciar en su fachada imágenes que correspondan a juegos o apuestas para los que no estén autorizados pero, en el caso del primer tipo de negocios, tampoco podrían promocionar en el exterior “carteles informativos de los mercados, de los pronósticos, ni de los coeficientes de apuestas”.

Lo que sí deberá aparecer en sus fachadas de forma “claramente visible desde el exterior” deberá ser la prohibición del acceso a menores y la naturaleza de su negocio (“salón de juegos”, “casa de apuestas” o similares, según el caso). La propuesta también se endurece para las apuestas en este punto: además de lo indicado, deberán destacar en un cartel que “la práctica abusiva de juegos y apuestas puede producir ludopatía”.

En el caso de las licencias, los salones de juego encuentran una mayor restricción. Así, estas autorizaciones podían ser transferidas entre empresas, algo que la nueva ley cambiaría para que solo pudieran ser cedidas entre personas físicas y únicamente por causa de muerte del titular.

Además, la superficie del local en el que se pueda vender alcohol y consumir no puede exceder el “50% de la total”. En cualquier caso, se seguiría permitiendo la venta y consumo de bebidas alcohólicas, que suelen ser objeto de críticas de los detractores de estos negocios.

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