Madrid mantiene el cierre de las clases con menos alumnos pese a que la epidemia obligará el próximo curso a desdoblar aulas
La Comunidad de Madrid organiza el curso que viene en los colegios al margen de la epidemia. El inicio del periodo de admisión, que arrancó este martes, ha revelado que la Consejería de Educación elevará al máximo las ratios en algunos centros suprimiendo las aulas menos numerosas, como ha hecho otros años, pese a que la vuelta a la actividad lectiva va a exigir todo lo contrario: una reducción de alumnos para garantizar la distancia física y evitar contagios. La planificación, sin embargo, no ha cambiado.
El Ministerio de Educación no ha dado directrices sobre ratios a las comunidades por escrito pero la responsable, Isabel Celáa, ha avanzado que la nueva normalidad obligará a reducir a la mitad la capacidad de las aulas. El ejemplo más próximo es Francia, que abrió los colegios con 15 alumnos por clase. Las decisiones sobre el regreso de los menores de 6 años antes del verano quedan en manos de las comunidades autónomas. Madrid es una de las regiones que rechazado el plan de desescalada propuesto por el Gobierno. Pero, de momento, no tiene uno propio.
Comisiones Obreras ha contabilizado 110 aulas suprimidas en un primer análisis de la oferta educativa para el curso que viene, aunque no descarta que sean más, y alerta de que puedan producirse recortes “al calor de la crisis sanitaria”. La Consejería de Educación, a preguntas de eldiario.es, no aporta el número de unidades eliminadas y enmarca estas supresiones dentro de las “variaciones en el número de grupos, al alza o a la baja” que experimentan los centros “en función de las necesidades y previsiones de escolarización”. El año pasado se ofertaron un total de 150.000 plazas y este, 175.000, 25.000 más, con lo que el “saldo es positivo”, añaden estas fuentes.
Educación explica que el proceso de admisión y las vacantes se han realizado “en condiciones de normalidad”. “Es lo razonable al tiempo que se estudian y analizan opciones para organizar el funcionamiento de los centros de cara al próximo curso”, defienden fuentes de la cartera que dirige Enrique Ossorio.
Uno de los centros afectados es el CEIP Menéndez Pelayo, en el distrito de Arganzuela. Tenía cuatro clases de Primero de Infantil (tres años) y el curso que viene solo habrá tres, según una circular enviada por el centro a las familias, adelantada por Europa Press y a la que ha accedido eldiario.es. Son 74 niños en total. Lo mismo sucederá con las clases Segundo de Infantil, que también pierden un aula, confirma Comisiones Obreras.
“La Consejería lo suele hacer. Ya lo intentaron hace tres años, protestamos y mantuvieron la clase. Donde ven que pueden quitar una, si hay 16 o 17 niños, lo hacen. Es una lucha que tenemos la escuela pública en Madrid pero en estas circunstancias todavía más”, señala Gabriela Díaz, secretaria de la Asociación de Madres y Padres del CEIP Menéndez Pelayo.
La Lomce marca un tope de 25 alumnos por aula, aunque ampliable excepcionalmente hasta los 28, una cláusula a la que la Consejería se ha acogido en los últimos años para apurar hasta el máximo permitido. La redistribución del alumnado en el Menéndez Pelayo deja todas aulas de cuatro años al filo del tope ya en junio, sin contar con los eventuales alumnos que pueden aparecer durante el curso. Este centro es el único del distrito que admite niños y niñas una vez iniciado el periodo lectivo, cuenta Díaz.
Comisiones Obreras considera que la Comunidad de Madrid “ha iniciado el proceso con la misma hoja de ruta de recortes prevista” y pide “más unidades, más espacio y la nueva construcción de centros” para el tiempo que viene. “Lo que no parece razonable es que no se haya pensado en nada en 10 semanas. Si tenemos que desdoblar clases vamos a necesitar unidades. Nos ha dejado sorprendidos que no han modificado ni una coma su plan”, subraya Isabel Galvín, secretaria de la Federación de Educación de CCOO Madrid, que recuerda que la “gran maltratada durante la crisis anterior fue la escuela pública”. El sindicato presentará reclamaciones “caso a caso”, según una nota distribuida este miércoles.
La Comunidad de Madrid defiende que planificar ya una reducción de las ratios significaría “no poder ofertar vacantes en ningún centro” y “expulsar de su centro a decenas de miles de alumnos ya escolarizados, ya que los centros carecen de capacidad y espacios para duplicar el número de grupos en funcionamiento o la edad de los alumnos no permite la realización de turnos”. “No tiene fundamento ni amparo legal alguno”, argumentan fuentes de Educación.
Los sindicatos se reunirán con el consejero el próximo viernes para abordar precisamente un plan de desescalada para los centros educativos. UGT ha hecho llegar al Gobierno regional un protocolo con propuestas que limita las ratios en Infantil a 13, frente al máximo de 25. “Les pedimos un borrador sobre el que hacer aportaciones la semana pasada, pero nos dijeron que no tenían, así que optamos por enviarles el trabajo que habíamos hecho”, cuenta Teresa Jusdado, cuyo sindicato ha recabado “varias decenas de aulas suprimidas”. Ambas organizaciones están sondeando todos los centros para tener una fotografía global de toda la región.
Los colegios e institutos de Madrid están abiertos desde el lunes para actividades administrativas. Lo permite la fase cero atenuada, avalada por el Ministerio de Sanidad. La Consejería permite desde el martes solicitar plaza de forma telemática, a través del programa Raíces, aunque las familias sin acceso a estos medios también pueden hacerlo por teléfono hasta el día 5 de junio.
El periodo de admisión plantea quejas entre las familias cada año en la Comunidad de Madrid por el sistema de libertad de elección, que permite elegir cualquier centro al margen del lugar de residencia. En la práctica, sin embargo, los progenitores apuestan no siempre por sus centros favoritos sino por aquellos en los que tienen más posibilidades de ser admitidos, ya sea por el número de plazas o por otros criterios como la proximidad. “Las familias lo viven como un sálvase quien pueda, con mucho estrés”, resume Galvín, que añade otro factor de “preocupación” en este extraño periodo. “Tememos que los centros se vean forzados a atender presencialmente por miedo a perder la demanda en este sistema competitivo”.
Respecto al material de protección, la Consejería ha adquirido lotes de mascarillas para todos los centros (entre una y cuatro cajas de 50 para cada uno) pero, más allá de estos primeros paquetes, después serán los colegios e institutos los que deban gestionarlo a cargo de sus gastos de funcionamiento, según CCOO. La Asociación de Directores de Institutos de Educación Secundaria ha mostrado su “preocupación” de cara a junio o septiembre, cuando haya alumnos, “porque puede ser un gasto importante”.
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