José Luis Martínez-Almeida ha dimitido como portavoz nacional del PP en plena crisis por la guerra entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. El también alcalde de Madrid había dejado caer en las últimas horas su intención de dejar ese puesto. Este lunes no acudió al Comité de Dirección reunido por el presidente del PP para tratar de resistir al frente del partido, y que se saldó con la convocatoria de una Junta Directiva Nacional del partido.
Según ha afirmado en rueda de prensa, Almeida ha tomado esta decisión “de común acuerdo” con Casado, a quien ha agradecido la “generosidad” y la “confianza” por encargarle esa función. “Es una cuestión que habíamos tratado en los últimos meses, pero las informaciones de la semana pasada, la gravedad de lo que apuntan y la necesidad de aclararlas han acelerado la decisión”, ha añadido.
Almeida ha defendido que llegará hasta el final en la investigación sobre las informaciones que apuntan a un supuesto espionaje al entorno de Isabel Díaz Ayuso coordinado desde la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS), en relación al contrato de mascarillas de la Comunidad de Madrid por el que cobró el hermano de la presidenta madrileña.
El regidor ha insistido en que estos acontecimientos y la crisis en el seno del PP a raíz de esas informaciones han sido lo que ha precipitado una decisión que llevaba meses meditando y que había comentado con Casado en anteriores ocasiones. En este sentido, ha reiterado numerosas veces que el Ayuntamiento de Madrid está “por encima” de su compromiso con el Partido Popular.
Evita respaldar a Casado
Almeida, según ha informado hoy, habló ayer con Casado no solo sobre su dimisión como portavoz sino también sobre la situación del partido ante la grave crisis que afronta desde la semana pasada. En este sentido, ha evitado respaldarlo públicamente y se ha limitado a lamentar los “momentos muy duros” que vive la formación en estos momentos.
“Lo que he hablado con el presidente nacional se queda en esa conversación. He tenido ocasión de exponerle cuál es mi visión sobre la situación”, ha respondido ante la insistencia de los periodistas sobre su posición en el cisma de la formación conservadora, en un momento en el que los barones presionan a Casado para que dimita y convoque un Congreso Extraordinario.
Para Almeida, la solución a la crisis interna pasa por que su partido se entienda y sepa trasmitir que es “la única alternativa real al sanchismo”. “Debemos seguir asumiendo esa responsabilidad”, ha zanjado.
El alcalde también se ha referido al génesis de este profundo cisma en el partido: el contrato de 1,5 millones de euros en mascarillas que la Comunidad de Madrid adjudicó a un amigo de la familia de Ayuso y por el que el hermano de la presidenta cobró una comisión.
Almeida ha señalado que, como alcalde, “no ve ningún problema” en tal proceder, “si se respeta la ley”. “Cualquier persona tiene derecho de poder trabajar y contratar con las administraciones”, ha dicho.
Reacciones de la oposición
“Esto demuesta que era alcalde a tiempo parcial”, ha dicho la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, tras el anuncio de la renuncia de Almeida. También su “poco coraje”, al “saltar del barco en el último momento”. Para Maestre, el de Almeida al frente del Ayuntamiento es un liderazgo “en clara decadencia”, y Madrid va ahora camino de “una legislatura perdida”
Desde el PSOE, Mar Espinar ha criticado que Almeida use su cargo de regidor como “comodín del público”, y ha censurado que la decisión de abandonar su puesto orgánico en el PP a que “ya no le saca rédito”.
“Donde dije digo, digo Diego”, se ha limitado a señalar Javier Ortega Smith, de Vox, al respecto de la posibilidad de “compaginar” el cargo de alcalde y el de portavoz nacional del PP. Ortega pasó por encima en el pleno, no obstante, del supuesto espionaje y corrupción en las filas populares, que despachó como “jaleos y rollos” que en Vox “no interesan”.