Pese a que el Gobierno de Pedro Sánchez decretó el sábado el confinamiento de la población por la crisis del coronavirus con el Estado de alarma que supuso el cierre de gran parte de la actividad comercial, lo cierto es que miles de trabajadores tienen que salir de sus casas todos los días para desarrollar su actividad laboral. Los obreros de la construcción son parte de ese grupo que empleados a los que el estado de alarma ha excluido del encierro pese a que el trabajo que desempeñan, denuncian desde los sindicatos, “dificulta enormemente” seguir las mínimas indicaciones sanitarias.
Los representantes de los trabajadores alertan de que las obras que continúan en marcha son un “foco de contagios” y piden que el cese de esta actividad en el conjunto del Estado. “Es muy difícil mantener las medidas de seguridad que pide el Ministerio de Sanidad”, asegura Álvaro Recio, portavoz de UGT en el sector.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ya avisó hace dos días de que la Policía municipal se personaría en aquellas obras en las que no se respetasen las medidas de seguridad tras las numerosas denuncias de los vecinos. El regidor de la capital ha pasado ahora a un nuevo estadio y ha solicitado al Gobierno central, sobre el que recaen ahora todas las competencias, que decrete el cese de actividad de todas las obras de construcción de Madrid porque “solo incrementan las posibilidades de más contagios”.
El Ayuntamiento de la capital ha remitido este viernes un informe a la Comunidad de Madrid para que ésta, a su vez, proponga al Estado la paralización de las obras que actualmente se están realizando en la ciudad. Tal y como se establece en el informe, realizado por Madrid Salud, “dada la situación de la pandemia en la ciudad de Madrid, se considera imprescindible la paralización de las obras”, defiende la administración local, “salvo aquellas que tengan un carácter de urgencia, fugas de agua o riesgo de colapso de la propia edificación”, han informado fuentes del Consistorio a eldiario.es.
La corporación local considera que, entre otros aspectos, el uso frecuente de furgonetas para los trabajadores; las labores propias en la zona de obras y el transporte del material, que “impiden mantener las distancias de seguridad”; “no hace más que incrementar las posibilidades de otros nuevos contagios”. El Consistorio recuerda además que estos trabajadores utilizan el transporte público y acaban teniendo contacto con personas ajenas a la propia obra siendo un colectivo potencialmente peligroso para la propagación del coronavirus.
Actualmente en Madrid hay más de 187.000 trabajadores de la construcción, según los datos del Observatorio de Fundación laboral de la construcción. En el conjunto del Estado estos trabajadores son 1,24 millones.
Desde los sindicatos, piden que la petición del alcalde de Madrid del cese de actividad no se quede solo en los trabajos que están en marcha en la capital, sino que la posible paralización se haga extensible al resto del Estado. “Es algo que no podemos circunscribir a una zona geográfica, debe ser completa”, defienden.
“Lo llevamos pidiendo desde el primer momento. Las obras son un foco de contagio muy grande. Ya nos pasa de normal, que la salubridad es complicada de mantener, pero ahora con estas condiciones más”, denuncian desde CCOO. “A eso se añade que teniendo en cuenta que los restaurantes han cerrado, muchos de los trabajadores comen y desarrollan toda su actividad en la obra. La distancia de un metro es muy difícil de mantener aunque estemos tomando algunas medidas en las obras más grandes”, inciden.