El Ayuntamiento de Madrid pugna desde hace meses por lograr que la Unesco reconozca el parque de El Retiro y su entorno (hasta el Paseo del Prado) como Patrimonio Mundial. En medio de esa carrera, que concluirá en julio con la decisión, el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, ha planteado construir un parking subterráneo en la zona que pelea por ser declarada de “valor universal excepcional”. De momento es aún solo anuncio pero su puesta en marcha choca con la candidatura. La visita a Madrid del comité independiente encargado de evaluar el proyecto (ICOMOS) se produjo antes de ese anuncio y, según varias fuentes consultadas por eldiario.es, los inspectores no tienen información sobre los planes del Ayuntamiento.
“Si el proyecto se presenta ahora podría afectar negativamente”, pronostican fuentes expertas que conocen la candidatura y que precisan que “teóricamente no se puede cambiar el bien presentado en el proceso”. El Consistorio sí explicó al inspector que dirigió la visita y a su equipo las remodelaciones que están en marcha en el parque –por ejemplo, las obras de mejora en el Paseo de México– y otras que se van a activar próximamente, como en la Montaña Artificial.
El parking, sin embargo, es todavía una mera declaración de intenciones cuyo desarrollo no verá la luz hasta que la Unesco se pronuncie sobre la candidatura. Solo se sabe que estará ubicado en el subsuelo de la avenida Menéndez Pelayo –desde la calle Doce de Octubre hasta O'Donell– y que dispondrá de 1.000 plazas, que tampoco está claro en qué proporción será para residentes o para rotación (público general). Las informaciones del Consistorio sobre estos detalles han sido confusas en las últimas semanas: primero se anunció como mixto y ahora se matiza que será solo para residentes aunque si “sobran plazas” entrarán también particulares que no viven en el distrito de Retiro.
El delegado de Medio Ambiente, Borja Carabante, defiende que el objetivo primordial de la obra es “favorecer la movilidad sostenible en el entorno” porque se abrirá un carril bus, otro para bicicletas y se retirará la banda de aparcamientos en superficie para dar más espacio al peatón con aceras más anchas.
En todo caso, la publicación del anteproyecto coincidirá en el tiempo con el dictamen final de la Unesco que despejará las dudas. No habrá información detallada hasta verano, lo que imposibilita que el comité que analiza la candidatura pueda valorarlo. Además, según el Ministerio de Cultura y Deporte, que interlocuta con la Unesco, el periodo para recabar información ha concluido. “Se desconoce el proyecto definitivo, que debería ser estudiado en detalle a un nivel técnico para poder evaluar su impacto potencial”, señalan desde Cultura.
La Unesco ya ha cortado el paso en una ocasión a la construcción de un parking en un espacio declarado Patrimonio Mundial. Ocurrió en Segovia en 2010 con el aparcamiento de Los Tilos. El Gobierno municipal, del PSOE, pretendía abrir un aparcamiento en el casco histórico de la ciudad, por debajo del paseo del Salón. Pero no pudo. Los estados deben informar escrupulosamente a la Unesco de cambios en las zonas protegidas y, en el caso de Segovia, la organización de las Naciones Unidas consideró que la intervención “no estaba debidamente justificada”, según publicó la prensa local.
El precedente avanza que, si finalmente la candidatura gana, el Ayuntamiento no lo va a tener fácil para poner en marcha el aparcamiento en una calle anexa a El Retiro. “En el caso de que el eje sea finalmente declarado Patrimonio Mundial habrá que analizar después si el parking futuro tiene incidencia en el valor universal”, aclaran fuentes de la Unesco.
El pedazo de Madrid que opta a engrosar la lista de espacios con “valor universal excepcional” incluye el parque de El Retiro y su continuidad hacia el Paseo del Prado, desde Atocha a Cibeles. Por lo que no solo se trata de un pulmón verde –ya declarado Bien de Interés Cultural en los años 30– sino también de un enclave que reúne a tres de los principales museos de Madrid: el Prado, el Reina Sofía y el Caixa Fórum. La candidatura responde al nombre de 'El Paseo del Prado y El Buen Retiro, Paisaje de las Artes y de las Ciencias'.
El proceso para la declaración de patrimonio mundial de la Unesco es muy largo. Los primeros pasos los dio el Gobierno de Ana Botella y Manuela Carmena recogió el testigo. La última fase de la candidatura está en manos del equipo bipartito de PP y Ciudadanos.
Un núcleo de alta contaminación
La decisión de crear un parking en ese lugar plantea otros problemas. A escasos metros del espacio reservado al aparcamiento se ubica una de las estaciones de medición de la contaminación del Ayuntamiento de Madrid que arroja los niveles más altos de toda la ciudad: Escuelas Aguirre.
Según ha podido saber eldiario.es, la delegación española del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), la entidad no gubernamental independiente asociada a la Unesco y responsable de hacer informes de evaluación de las candidaturas, ha solicitado información a Madrid sobre la calidad del aire en la zona. Escuelas Aguirre rebasó en 2019, junto a otro punto de medición en Plaza Elíptica, los límites máximos de tóxicos (NO2, PM2,5 y PM10) permitidos por la Unión Europea.
El delegado de Medio Ambiente y Movilidad defendió en el último Pleno del Ayuntamiento de Madrid que la obra iba a permitir “reducir el tráfico de agitación y la contaminación”. “Es el desplazamiento que hace un madrileño buscando aparcamiento por la zona”, argumentó. Las nuevas plazas de aparcamiento responden a uno de los puntos de la estrategia Madrid 360: crear 15.000 más en la ciudad, 10.000 en 14 aparcamientos disuasorios y 5.000 para rotación y residentes.
Expertos y ecologistas advierten de que un nuevo aparcamiento provocará efecto llamada. También alertan de la “presión” asistencial que ya tiene El Retiro y que podría aumentar con esta instalación. “Un parking traería más tráfico, más ruido y más contaminación, para las personas y para los árboles”, expone Alberto Tellería, de la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio. “El Patrimonio Mundial necesita un entorno de protección”, añade.
Mariano Sánchez es conservador del Jardín Botánico, que también se incluye en la candidatura, y un gran conocedor del arbolado de Madrid. “Los árboles no van a absorber la contaminación. Lo que ayuda son las hojas, y en El Retiro ya no se pueden plantar más árboles. Si se plantan muy juntos luego hay que podar y el objetivo es plantar bien, primar la calidad y no la cantidad, para poderlos cuidar bien y no cortar”, asegura el científico del CSIC.
Movilización vecinal en contra
Según Carabante, la iniciativa responde a la “demanda” de los vecinos “porque hay dificultades para el estacionamiento en superficie” y se apoya en unos estudios de demanda que ya habían hecho. Así lo expuso en el Pleno de enero. Sin embargo, los vecinos relatan que justo en esos días empezaron a pasar las encuestas entre los residentes. Todo ocurrió, en cualquier caso, después del anuncio, realizado por el regidor a finales de enero.
eldiario.es ha accedido a los formularios distribuidos en el vecindario. “¿Consideraría adquirir en propiedad o en cesión de uso una plaza de aparcamiento por 26.000 euros (más IVA)?”, pregunta el Ayuntamiento, que ha anunciado que hará 10.000 encuestas. La mitad de ellas ya están realizadas, según los datos aportados este viernes por Carabante. “Una empresa externa que actúa en nombre del Ayuntamiento está pasando una hoja de firmas por la calle Menéndez Pelayo”, explica Alejandro Merino, presidente de Retiro Norte.
La asociación ha impulsado una recogida de firmas contra “el macroparking de 1.000 plazas rodeando El Retiro” que ya cuenta con más de 30.500 adhesiones en Change.org. “Primero el alcalde o Carabante deciden que van a hacer un parking y es después cuando preparan un sondeo que saben que dará que sí. Con eso ellos justificarán la demanda final, para después iniciar los estudios. Pero es mentira que obedezca a las demandas vecinales. Si dicen que es para los vecinos, mienten”, sostiene Merino en conversación con eldiario.es. La asociación que preside también advierte de que las obras causarán la tala de árboles de la avenida Menéndez Pelayo.
El Gobierno municipal ha reaccionado a las protestas vecinales accediendo a hablar con las asociaciones, aunque han acusado a una organización en concreto, Retiro Norte, de querer “politizar la protesta” con el argumento de que su presidente, Alejandro Merino, formaba parte de las listas del PSOE a la Asamblea de Madrid en 2015. “Vamos a mantener reuniones para escuchar a los vecinos que nos pueden dar la mejor fotografía de lo que quieren, y no los movimientos políticos o pseudovecinales”, dijo Carabante el viernes.
Dudas en Ciudadanos: “No hay nada cerrado”
Además de los residentes, la oposición también se ha puesto enfrente de la iniciativa. “¿Sabe la Unesco que van a construir el macroparking en el eje Prado-Retiro? Igual han abandonado la candidatura y los madrileños no se han enterado”, señaló el concejal socialista Alfredo González en una pregunta al Gobierno sobre el asunto. “Abandonen esta idea absurda y peligrosa. Es innecesario y es insostenible”, remachó. La portavoz mediática de Más Madrid, Rita Maestre, denuncia igualmente que es una “infraestructura innecesaria” que puede afectar “seriamente a este parque histórico y disparar los niveles de contaminación en una zona que ya cuenta con problemas serios en la calidad del aire y tiene lugares muy sensibles, como el Hospital Infantil Niño Jesús”.
Dentro del propio equipo municipal también hay dudas de que el proyecto finalmente salga adelante. La vicealcaldesa, Begoña Villacís, afirmaba esta semana que no se “puede dar nada por cerrado” y avanzaba que “una de las estrategias es formular una consulta vecinal”. “Quienes van a cerrar el proyecto son los vecinos”, decía tras la Junta de Gobierno de esta semana con el alcalde sentado a su lado.
El concejal presidente del distrito de Retiro, Santiago Saura –también de Ciudadanos– no conocía, antes del anuncio a la prensa, los planes del nuevo parking, según ha podido saber eldiario.es. En el pleno del distrito de enero, Saura avanzó que no apoyaría “ningún proyecto que tenga efectos negativos sobre la calidad del aire”. “Un parking de grandes dimensiones y con un número significativo de plazas de rotación sería perjudicial en este sentido. Todas las opciones están abiertas, entre ellas una consulta vecinal o que se descarte hacerlo. Aún es pronto”, asegura a este medio.