El alto cargo de la Consejería de Sanidad que firmó los protocolos para no derivar ancianos y personas con discapacidad a los hospitales de la región durante la primera ola de la pandemia del coronavirus, Carlos Mur de Víu, ha señalado este miércoles al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero, como conocedor de dichos protocolos. Mur, que entonces ocupaba el cargo de director general de coordinación socio-sanitaria, ha dado otro nombre: el de Francisco Javier Martínez Peromingo, su sustituto en el cargo cuando fue cesado el 13 de mayo de 2020. Mur ha asegurado que Peromingo –ahora alto cargo de la consejería de Sanidad– coordinó con 18 geriatras el texto que él posteriormente firmó. El actual director general trabajaba entonces en la sanidad privada de Madrid.
“Yo hablaba todos los días con mis superiores”, ha dicho Mur. Que ha insistido: “Siempre informé a mis responsables directos”, en referencia a la consejera de Asistencia Sanitaria, Ana Dávila, como a Primitivo Ramos, como al coordinador médico asistencial de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS).
Carlos Mur ha comparecido este miércoles durante más de una hora en la comisión de investigación sobre lo ocurrido en estos centros socio-sanitarios de la Comunidad de Madrid durante los peores meses de la Covid-19. En tan solo dos meses, fallecieron más de 8.000 ancianos en las residencias de mayores. Poco después se supo de estos protocolos que enfrentaron al consejero de Sanidad y al entonces consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, que los llegó a calificar de “poco morales” y “posiblemente ilegales”. Reyero envió varios correos electrónicos a Escudero en contra de estos documentos que fueron enviados a los hospitales el 18 y el 20 de marzo.
Durante su comparecencia por videoconferencia, Mur ha reconocido que se elaboraron hasta 6 protocolos o versiones de estos documentos, siendo el primero el día 15 y el final el del día 25, este último “de consenso” y hablado con ambos consejeros. El psiquiatra de profesión ha reconocido que no se trataba de “borradores”, como aseguró durante aquellos meses la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sino que eran protocolos que pretendían dar “criterios homogéneos” a los directores de residencias y hospitales ante una situación de “desastre sanitario”. No obstante, Mur ha señalado que no se trataba de una “exclusión generalizada” sino que debía de evaluarse cada caso “de manera individual”.
“Fueron avalados por mí porque en el día a día el cataclismo de todos los profesionales era enorme y no queríamos que pesara sobre sus hombros”, ha indicado el exdirector general, quien ha reconocido que no estaba de acuerdo con aplicar como elemento de exclusión de ingreso hospitalario el índice Bartel, utilizado para determinar si una persona por sí misma puede realizar ciertas tareas cotidianas.
Para Mur de Víu se trataba de documentos que querían establecer “qué pacientes se podían beneficiar más de los recursos escasos”. “Hay que buscar el bien último de cualquier persona enferma. Estos protocolos eran recomendaciones o líneas generales que no obligaban a aplicación. Las sociedades médicas valoraron muy positivamente los protocolos. Se trata de establecer qué pacientes se pueden beneficiar más de los recursos escasos”, ha insistido.
Mur miente en comisión
En cuanto a las discrepancias manifestadas por Reyero, el exdirector general ha asegurado que se telefoneaba en esta época diariamente con el exconsejero de Políticas Sociales, que nunca le comunicó que dichos protocolos podrían ser ilegales. “Ni me manifestó su oposición o queja a las versiones ni al protocolo definitivo general”, ha dicho, pese a que Reyero envió varios correos electrónicos al consejero de Sanidad con copia a Mur. El ex director general habría mentido en su declaración de este miércoles, algo que puede estar perseguido penalmente: recibió el correo del exconsejero de Ciudadanos, según ha podido comprobar elDiario.es. Y Mur respondió.
“Yo no he dicho que Reyero validara el protocolo, pero una vez realizado se lo remití y en su elaboración participaron dos personas del AMAS. Yo no he recibido un correo suyo en contra de los protocolos. No se trata de que Reyero consensuara nada, teníamos una comunicación diaria y el 20 de marzo le pongo en copia de las dificultades urgentes encontradas”, ha asegurado Mur.
El exdirector general de la Consejería de Sanidad ha insistido en que no hubo “discriminación generalizada de pacientes” y ha defendido estos protocolos en un situación de “medicina de catástrofe”. “En ninguna versión de esos protocolos se denegó un tratamiento y algunos hicimos lo humanamente posible con recursos limitados. Pero era atender un incendio de 80 focos con tres extintores”, ha lamentado.