Vox se abstuvo en la votación que dio luz verde a los primeros presupuestos del Gobierno de PP y Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid. No fue gratis. Muchas de sus reivindicaciones están en las cuentas públicas aprobadas este lunes. El precio que tuvo que pagar el Gobierno municipal a la extrema derecha para saltar del no a la abstención es una rebaja modesta de los impuestos y un tijeretazo a las ayudas a asociaciones vecinales y colectivos vulnerables.
Menos de lo que pedía el partido que lidera Santiago Abascal hace tan solo unos días y más de lo que el Ejecutivo que dirige José Luis Martínez Almeida estaba dispuesto a ceder, teniendo en cuenta la amenaza de un incumplimiento de la regla de gasto, que están obligadas a cumplir todas las administraciones públicas.
Con estos mimbres, la abstención resultaba el mejor escenario para ambos. Sobre todo porque no hacía falta más. Vox podrá vender que no dio el sí a las cuentas de Almeida, donde todavía pretendía más recortes, y el actual alcalde puede aprovechar para intentar desmarcarse de la extrema derecha que lo llevó al poder (y que lo mantiene en él). El regidor aprovechó la renuncia de una edil de Más Madrid el pasado viernes (sin que haya dado tiempo a reemplazarla) para que la aritmética del Pleno jugase a su favor en la votación más importante del año: la izquierda perdía un voto y eso empataba el marcador entre Más Madrid y PSOE (26) y PP y Ciudadanos (26). La abstención de Vox dejaba en manos del alcalde el desempate con un voto de calidad, como contempla el reglamento del Consistorio.
El voto favorable de los cuatro ediles de Vox ya no era necesario para sacar las cuentas adelante. El PP sabía desde viernes la desventaja de Más Madrid y jugó con esa baza en las negociaciones con la ultraderecha este fin de semana. El partido de Almeida también sabía que Vox tendría difícil explicar la prórroga de las últimas cuentas de Manuela Carmena. La abstención se convertía en el mejor escenario, reconocen desde el Gobierno municipal a eldiario.es, ya que el acuerdo “saldría más barato”.
Las negociaciones entre Vox y el Gobierno habían encallado por las subvenciones a entidades feministas, ecologistas, de memoria histórica y vecinales, además de las políticas de participación. La ayuda que recibe anualmente la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), una entidad histórica que lleva décadas trabajando por los barrios, era uno de los puntos más polémicos, un colectivo contra el que la formación de extrema derecha ha desplegado toda la artrillería calificándolo de “chiringuito”.
Vox también exigía una rebaja fiscal mayor que la que contemplaban las ordenanzas fiscales presentadas en noviembre: el partido de Abascal no se conformaba con la primera bajada al 0,483% presentada por el Gobierno municipal y pedía que se redujera el tipo al mínimo legal, el 0,4%.
El acuerdo alcanzado finalmente durante el fin de semana entre el Gobierno de PP y Ciudadanos y Vox se plasma en el paquete de transaccionales que el Ejecutivo incluyó en sus primeras cuentas, que merman el proyecto inicial en 10,5 millones de euros.
Recortes en subvenciones vecinales y a refugiados
Vox se ha quedado lejos de lograr ese mínimo legal del 0,4% para el IBI y se conforma con arañar menos de una centésima. Según el proyecto presentado por el equipo de gobierno, el impuesto iba a pasar del 0,51% actual al 0,483% en 2020. Finalmente, la tasa impositiva se quedará al 0,479%, según lo acordado con el partido de Abascal durante el fin de semana.
La formación de extrema derecha también ha conseguido arañar a cambio de su abstención varios cientos de miles de euros de las subvenciones a las asociaciones que Vox ha calificado como “chiringuitos”. Aunque el Gobierno local ha evitado detallar las partidas definitivas, que explicará durante los próximos días, sí se sabe ya dónde meterá la tijera.
Los presupuestos tendrán 425.000 euros menos para la Federación regional de Asociaciones vecinales de Madrid (FRAVM), pese a que el proyecto inicial contemplaba 1,7 millones. Vox había exigido dejar esta partida a cero a cambio de su apoyo después de declarar “la guerra” a la federación, según ellos mismos anunciaron.
El pasado viernes, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís (Ciudadanos), había pedido a Vox no “meter a todo el mundo en el mismo saco” cuando hablaba de chiringuitos porque la FRAVM “no lo es”, dijo. “Hay que mirar bien las cosas, y no se puede tildar a todos de chiringuitos. No se puede meter a todo el mundo en el mismo saco; la FRAVM no lo es, trabajamos muy bien con ellos, nos paramos a mirar las cosas, y se lo acabaremos demostrando a Vox”, aseguraba ante los medios de comunicación la vicealcaldesa que ha aceptado finalmente un recorte del 28% en la subvención a la federación.
También se reduce la ayuda a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) en 175.000 euros y en 150.000 a la Organización internaciones de migraciones. La partida de ayudas al alquiler también cae medio millón de euros, y los distritos de Centro, Arganzuela y Carabanchel tendrán en total 2,1 millones de euros menos. También se recorta la partida a las obras de Plaza de España en 2,5 millones y 100.000 euros para refuerzo educativo que habían sido aprobados en los presupuestos participativos de este año.
Desde el Gobierno municipal explican que con la nueva rebaja de impuestos, el Ayuntamiento de Madrid dejará de recaudar el próximo año 89,9 millones de euros. Son ocho millones menos para las arcas públicas que lo presupuestado en las cuentas presentadas hace unos días por el Gobierno municipal. “Se ha tenido que recortar para ajustar ingresos y gastos”, justifican.
“Vox quería suprimir al 100% las subvenciones directas, es decir, las efectuadas a dedo a ciertas entidades sin concurso público de por medio. Nuestro objetivo es hacerlo progresivamente y dejarlas a cero en los próximos ejercicios, para que muchas de las labores que desempeñan estas asociaciones no se queden sin hacer”, añaden estas mismas fuentes del Área de Hacienda.
El partido de extrema derecha ya advirtió la semana pasada que apoyaba el “99%” del presupuesto, y que consideraban inaceptable el 1% restante. Este lunes, su portavoz en el Consistorio, Javier Ortega Smith, reconocía que la abstención se produciría gracias a haber rebajado el desencuentro solo al 0,29% del presupuesto.