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Hortaleza, el barrio obrero donde Vox plantó la semilla de la xenofobia
“Lo que ha pasado es muy grave porque, sea quien sea, es un ataque a niños. Es como si pusieran una bomba en un colegio”. Habla Javier, uno de los trabajadores del centro de Primera Acogida de Hortaleza que amaneció este miércoles con un granada en la cancha de baloncesto. Todavía no hay hipótesis claras sobre la autoría, aunque el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha vinculado el episodio a los “discursos de odio e intolerancia” que se han vertido sobre los menores extranjeros no acompañados acogidos en esta institución, sin mencionar a Vox.
De momento la Brigada Provincial de Información (BPI) se ha hecho cargo de la investigación y los primeros indicios apuntan a que alguien lanzó el artefacto –que ya se ha confirmado que no estaba preparado para explotar– desde fuera envuelto en una bolsa de plástico. A la espera de que avance la investigación, el centro vivió el miércoles una de sus jornadas más tensas. Pero no era la primera. Varias organizaciones han denunciado ante la Fiscalía supuestos episodios violentos contra los chavales institucionalizados, que llegan solos a Madrid y son menores de edad. Un ataque con palos y porras, manifestaciones de un grupo minoritario de vecinos para expulsarlos del barrio arengados por los mensajes xenófobos de Vox, una concentración convocada por Hogar Social Madrid con mensajes fascistas...
“La situación es un polvorín. Hay que poner freno a esto ya desde las instituciones. Si no es una granada, otro día será otra cosa. Y encontraremos aquí a cabezas rapadas que nos cosan a palos. Tenemos una sensación de amenaza permanente”, relata Javier en conversación telefónica con eldiario.es. Los trabajadores llevan años denunciando la precariedad del centro: falta de espacio, de ropa y de camas, pocas actividades, escasez de personal... “Lo último que nos han ofrecido es un plus de peligrosidad, pero aquí lo que necesitamos son recursos”, responde. En la institución conviven mayoritariamente menores que vienen a España por las vías más duras –en pateras o en los bajos de un camión– pero también hay chicos y chicas de origen español cuyos padres y madres han perdido la tutela.
La inquietud empezaba a primera hora de la mañana en Hortaleza, cuando un vigilante encontró en el patio un paquete sospechoso. Tras abrirlo y comprobar que tenía en su interior lo que apreció como tornillería, llamó a la Policía. Eran las ocho de las mañana y los chicos y chicas del centro aún dormían. Se levantan en torno a las nueve. Unas horas después, el edificio estaba lleno de cámaras de televisión y el artefacto ya había sido detonado “de forma segura”. Fuentes policiales confirman que no estaba listo para explosionar y que tenía muy poca carga.
Ya a media tarde, un grupo de chavales magrebíes, algunos con no más de 12 años, mataban el tiempo entrando y saliendo por una de las puertas del centro pese a la lluvia en Madrid. Se sirven de un amigo mayor de edad, que ha ido a verlos, para que traduzca porque no hablan español. Apenas se han enterado de lo que ha pasado y preguntan si la policía que ha ido al centro va a investigar también los golpes que, aseguran, reciben de los guardias de seguridad del centro. Dicen que tienen problemas con “gitanos y dominicanos”.
Por la mañana, todos los residentes y los trabajadores sociales habían sido conducidos, según el relato de los empleados, al patio trasero del centro cuando se activó la alarma y llegaron los Tedax. Aunque no se llegó a llevar a los chavales fuera del recinto en ningún momento, según fuentes de la Consejería de Políticas Sociales.
Un grupo de trabajadores ha emitido un comunicado en el que piden que su situación no sea “utilizada por diferentes grupos políticos en su interés”. “El hecho ocurrido hoy no se puede considerar aislado de la situación prolongada e insostenible del centro. Jóvenes con diferentes patologías mentales, conductuales, dependencias a tóxicos y otras problemáticas de riesgo”, afirman. En el texto, parte del equipo educativo recuerda que trabajan con “toda la infancia madrileña entre 15 y 17 años con problemática de riesgo de exclusión social y/o desamparo” y no es un centro específico “de ese concepto deshumanizado llamado mena”, además de denunciar la “masificación” que soportan desde hace cuatro años. “Pedimos que dejen de utilizar el centro y el hecho ocurrido en intereses particulares”, finalizan.
El Gobierno regional, liderado por Isabel Díaz Ayuso, se comprometió cuando llegó a la Puerta del Sol a aprobar un pacto, acordado con todos los grupos, para dar soluciones a la situación que viven los menores extranjeros no acompañados en Madrid. Pero cuatro meses después de la investidura todavía no se ha producido ninguna reunión.
El primer intento de convocarla se terminó cancelando con el argumento de que los partidos estaban en campaña y las posiciones podrían deformarse por intereses políticos. Vox estaba entonces lanzando sus soflamas en las puertas de uno de estos centros en Sevilla y su líder, Santiago Abascal, cargaba contra los chicos del de Hortaleza relacionándolos con robos en el barrio en uno de los debates televisados en prime time. La segunda convocatoria de reunión para el pacto volvió a abortarse, esta vez por la ausencia de Vox. El consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, la canceló y acusó a la extrema derecha de “dinamitar el pacto”. El portavoz parlamentario de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, César Zafra, señaló este miércoles a Vox de nuevo por ello y calificó los hechos de “muy graves”. Nadie en el PP hizo comentarios sobre el episodio.
Tras el episodio, Vox enviaba un comunicado para “condenar los hechos acontecidos en el centro de Hortaleza”. Esta condena, sin embargo, convive en el discurso de la extrema derecha con otras acciones xenófobas. La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, pregunta este jueves a Díaz Ayuso en el Pleno por expedientes por mal comportamiento abiertos a los chicos y chicas de los centros de menores desglosados por “nacionalidad”. En la nota, el partido aseguraba además que “algunas formaciones” estaban usando “unos hechos tan graves para atacar a nuestra portavoz”.
Organizaciones como Amnistía Internacional también han reaccionado. La ONG pide “una respuesta urgente de las autoridades para combatir los discursos de odio contra estos menores”. “Esperamos que se abra una investigación urgente que aclare estos hechos y verdaderamente se adopten políticas que tengan como prioridad la lucha contra el racismo y la xenofobia y la protección de estos menores”, señala Virginia Álvarez, portavoz de Amnistía Internacional España.
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