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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La atomización sin precedentes de la izquierda amenaza el cambio en la Comunidad de Madrid

Cuatro candidaturas de izquierdas pelearán por el mismo electorado en las autonómicas en Madrid si no se produce una sorpresa de última hora que casi nadie considera ya posible en IU o Podemos. El resultado del referéndum entre militantes y simpatizantes de Izquierda Unida agrava la atomización de la izquierda madrileña y conduce a un escenario nunca visto. Cuatro proyectos pelearán por un mismo espectro del electorado en los comicios del 26 de mayo: PSOE, Podemos, Más Madrid, la plataforma liderada por Íñigo Errejón y Madrid en pie, que agrupa a IU y Anticapitalistas.

En un momento histórico, en que la derecha española y también la de Madrid se ha partido en tres, las fuerzas de izquierda concurrirán con una fractura todavía mayor. Un lastre en una comunidad donde el PP ha gobernado ininterrumpidamente los últimos 24 años. El último gobierno de otro signo acabó en 1995 y fue el que presidió Joaquín Leguina. El PSOE se quedó hace cuatro años a las puertas de llegar a la presidencia, después de que la candidatura de Izquierda Unida liderada por el poeta Luis García Montero se quedase sin representación. Ahora, pese a que su candidato, Ángel Gabilondo, se sitúa a la cabeza en las encuestas, la fragmentación de la izquierda vuelve a amenazar el cambio, en un momento en que la derecha está muy movilizada y con la extrema derecha de Vox subiendo en todos los sondeos que le dan representación segura en la Asamblea madrileña.

La decisión unilateral de Íñigo Errejón de constituir su propia plataforma junto a Manuela Carmena y la falta de entendimiento entre Podemos e IU multiplican las opciones para los electores pero encarece el escaño: el sistema electoral en Madrid obliga a tener un 5% de los votos para tender representación en la asamblea. Si alguna de las opciones no alcanza ese listón, serán papeletas perdidas para la suma de las izquierdas. Y en la memoria colectiva están los últimos resultados electorales de mayo de 2015, cuando un puñado de votos separó a la izquierda de arrebatar al Partido Popular la presidencia de Madrid, que acabó ocupando Cristina Cifuentes.

Menos de 20.000 votos le faltaron a Izquierda Unida para romper esa barrera del 5% y conseguir representación parlamentaria. Se quedó con el 4,14% de los sufragios y no entrar al parlamento autonómico hizo que el PP retuviera el Gobierno regional sin mayoría absoluta pero con el apoyo de Ciudadanos. Ambos partidos suman en la Asamblea de Madrid un escaño más que PSOE y Podemos. Entonces, se presentaron tres candidaturas progresistas con posibilidades de entrar en el parlamento autonómico. La división de la izquierda en Madrid supera ahora a la de entonces con cuatro listas compitiendo por entrar en la Asamblea regional.

Desde la dirección federal de Izquierda Unida califican los resultados de la consulta de “absoluto desastre”. El coordinador federal de la formación, Alberto Garzón, uno de los derrotados con este referéndum, había defendido la opción de confluir con Podemos con el acuerdo que él mismo negoció con la dirección estatal del partido de Pablo Iglesias. Un pacto que fue duramente criticado por la dirección regional que lo calificó de “insuficiente” y con la que Garzón está enfrentado.

La primera consecuencia de los resultados del referéndum de IU ha sido la dimisión de Mauricio Valiente como candidato a la Alcaldía de Madrid. “La senda de la fragmentación de la izquierda es un peligro tanto para nuestra organización como para el conjunto de la ciudadanía madrileña. Pone en riesgo la fortaleza institucional de IU, a la vez que abre el peor escenario con el peligro de la derecha y la extrema derecha en los Gobiernos de nuestra Comunidad”, explicaba el concejal de Ahora Madrid en su carta de renuncia, que recoge el sentir de la formación a nivel nacional.

Pero el 60% de los 2.000 militantes y simpatizantes de IU en Madrid que votaron -dentro de un censo de 7.000 inscritos- han marcado otro rumbo para Madrid, alentados por la mayoría de dirección regional que apostó abiertamente por la opción de una confluencia con Anticapitalistas y de romper con Podemos. El secretario general del Partido Comunista en Madrid, Álvaro Aguilera, y la candidata a la Comunidad de Madrid, Sol Sánchez, las caras más visibles a la hora de defender la candidatura de Madrid en Pie, han hecho durante la rueda de prensa de este martes un llamamiento a Podemos para que se sume a su candidatura.

Solo una negociación in extremis entre Podemos e IU puede deshacer el escenario actual de cuatro listas. A día de hoy es poco probable. Los plazos son ajustados, el 12 de abril es el último día para presentar las confluencia en la Junta Electoral, y en Podemos descartan un cambio de posiciones con primarias proporcionales como pide IU. La candidatura de 'Madrid en pie' celebrará esas primarias previsiblemente la segunda semana de abril, y Sol Sánchez se perfila como la candidata de la coalición entre IU y Anticapitalistas si Podemos mantiene su rechazo a esta opción.

“Ojalá haya de cara a las autonómicas una candidatura unitaria, pero nuestra apuesta sigue siendo hacerlo en el marco de Unidas Podemos, la opción que votó mayoritariamente nuestra militancia”, aseguran fuentes de Podemos en Madrid. “Nuestra candidata es Isa Serra que ganó en las primarias de Podemos y ahora estamos centraremos en la campaña para las generales, que es la cita electoral más cercana y la más importantes para evitar que la derecha gobierne”, añaden.

Desde la dirección estatal que elaboró la propuesta rechazada por la militancia de IU la postura es la misma. “La decisión es suya y habrá que preguntarles a ellos (IU) si algo es reversible. Nosotros no podemos hacer otra cosa más que respetar lo que decidan aunque nuestra opción es la del acuerdo, a semejanza del proceso estatal”, explica una dirigente de Podemos a este medio.

“Se ha engañado a la militancia alimentando unas expectativas en las elecciones que no se sostienen con datos”, asegura un militante de IU de peso, favorable al acuerdo con Podemos. Durante la rueda de prensa de este martes, Sol Sánchez y Álvaro Aguilera han hecho alusión a encuestas que les otorgan, han dicho, el 5,3% del sufragio. “Es casi imposible que nos quedemos por debajo del 5%”, ha afirmado el líder del PC en Madrid. Pero Podemos tiene sondeos internos en los que IU está por debajo del 3%. La última encuesta, de Telemadrid, situaba a la formación en el 2,1%, mientras le daba un 9,3% a Podemos. “¿Qué gana Podemos mejorando su oferta? Ciertamente poco”, asegura un dirigente de IU a eldiario.es.

El secretario de Relación con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales de Podemos, Rafa Mayoral, calificaba como “una pena” que vayan a concurrir cuatro candidaturas. Mayoral ha añadido que “es un riesgo para los sectores populares”, antes de recordar que en 2015 IU quedó fuera del parlamento autonómico por no llegar al 5% de los votos. Sus votos, ha dicho, “se fueron a la papelera”.

“Lo importante no es el número de papeletas, es la participación y la movilización. Que la gente vaya a votar y no se quede en casa”, aseguran a este diario fuentes de Más Madrid, la candidatura que lidera Íñigo Errejón. En la misma línea se justificaban este martes los dirigentes de IU en Madrid al defender el resultado del referéndum. “Lo importante es trabajar para que haya una gran movilización y nadie de la izquierda se quede en casa”, ha dicho Aguilera.

El PSOE gobernó en la Comunidad de Madrid durante doce años, tres legislaturas, entre 1983 y 1995. Desde entonces han pasado 24 años sin que haya logrado recuperar la presidencia autonómica. Las cuatro candidaturas en la izquierda lastran un posible gobierno de izquierdas, que competirán con la derecha con una nueva lista de extrema derecha con posibilidades de entrar en el parlamento madrileño. Según los sondeos, un acuerdo a la andaluza se vislumbra como el más probable, con una fuerte entrada de Vox en la Asamblea. La derecha está muy movilizada y desde las cuatro listas de la izquierda rezan para que una gran movilización de su electorado salve la hecatombe.