El Ayuntamiento de Madrid no colgará este año la bandera LGTBI en el Palacio de Cibeles pero iluminará el edificio con sus colores

La bandera arcoíris no ondeará este año en la sede del Ayuntamiento de Madrid con motivo del Orgullo LGTBI. El Gobierno dirigido por José Luis Martínez-Almeida, que al llegar al poder trasladó la enseña a un lateral de la fachada del Palacio de Cibeles, ha decidido no colgarla en esta ocasión amparándose en una sentencia del Tribunal Supremo que dice que las banderas no oficiales en los espacios públicos no es compatible con “el marco constitucional y legal vigente”. 

“El Gobierno no puede colgar ni esta bandera ni ninguna otra no oficial en acatamiento de la sentencia”, han trasladado fuentes municipales a Europa Press. El Ayuntamiento iluminará, en su lugar, su sede con los colores de la bandera durante toda la próxima semana y va a instalar un circuito de banderolas con la campaña municipal del Orgullo desde la Puerta de Alcalá hasta Cibeles, que estará también presente en marquesinas y mupis digitales por la ciudad. 

La sentencia del Supremo ha generado reacciones diferentes según los Gobiernos. El Ayuntamiento de Cádiz, liderado por Kichi, la ha desoído y colgará igualmente la bandera. También el Govern de Catalunya desplegará el símbolo en el Palau de la Generalitat el próximo domingo, como anuncio la portavoz, Meritxell Budó. 

El veto judicial a ciertas enseñas no se refiere específicamente a la LGTBI sino a las banderas que se consideran “no oficiales”. El origen de este pronunciamiento es un acuerdo del Ayuntamietno de San Cruz de Tenerife para colocar en 2016 una bandera tricolor frente a la sede municipal utilizada por el Movimiento de Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario.

Polémica con Vox en 2019

El Consistorio se ampara en esta doctrina tras la polémica del año pasado por la colocación de la bandera. Vox, el partido con el que el PP acababa de firmar un pacto de investidura que hizo posible el Gobierno de coalición (con Ciudadanos), se oponía a colgarla. Al final, la solución adoptada por el recién estrenado equipo municipal para mantener el equilibrio con los socios fue desplegarla en un lateral de la fachada.

El acto en el que se colocó no contó ni con la presencia de asociaciones LGTBI ni con la de la oposición. Más Madrid denunció que se había, además, eliminado una parte del mensaje previsto para las banderolas de la calle, como “quienes guardan recuerdo de la represión”. El argumento oficial para explicar la nueva localización de la bandera fue que la fachada había sido restaurada y la decisión atendía a criterios de Patrimonio. Unos días antes, se había colocado una enorme bandera de España en el centro de esa misma fachada que había pedido Vox. 

La bandera LGTBI lució por primera vez en el Palacio de Cibeles en el año 2015. Entonces, la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa (PP), pidió que se pusiera un lazo porque la enseña “no es la que debe lucir para todos”. “Las banderas oficiales son las que dice la ley, la de la nación, la de la Comunidad o la del Ayuntamiento. Luego puedes poner un lazo, algo, lo hemos puesto muchas veces como una manifestación de apoyo pero no es la bandera [arcoíris] la que debe regir para todos”, manifestó. 

En la semana del Orgullo, que empieza ahora, no habrá ninguna bandera en el Ayuntamiento de Madrid para reivindicar la igualdad LGTBI por primera vez en cinco años. El Pleno tampoco ha aprobado, por segundo año consecutivo, una declaración institucional pese a que los socialistas llevaban tiempo consensuando un texto con Más Madrid y Ciudadanos. El objetivo de Almeida está puesto en el pacto de reconstrucción y se ha dejado algunos damnificados por el camino. No es la primera declaración institucional que decae por la ruptura del consenso: Vox acabó con la del 25-N, Día para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el pasado mes de noviembre tras 15 años de apoyo ininterrumpido de los grupos municipales.