Ayuso, en el acto del Dos de Mayo previo al 28M: “No lo estaremos haciendo tan mal cuando en Madrid no hay charnegos ni maquetos”

Isabel Díaz Ayuso ha convertido el acto del Dos de Mayo –que debe representar a todos los madrileños– en su fiesta particular, este año con las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo como telón de fondo. La ceremonia ha ido añadiendo cada año desde que es presidenta un plus de polémica. Este martes el choque ha sido contra el Gobierno en un enfrentamiento sin precedentes que el PP de Madrid se había encargado de alimentar durante todo el fin de semana por la asistencia del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, al acto. Desde el partido y el equipo de la presidenta insistieron en que no estaba invitado. La confrontación terminaba con el veto del Gobierno regional a que el ministro estuviera en la tribuna durante el desfile cívico militar.

Antes de que se produjera ese momento álgido del choque entre ambas administraciones y en medio de este contexto, Ayuso ha pronunciado un discurso plagado de alusiones al Gobierno central, defendiendo los cinco siglos de capitalidad de Madrid y lanzando algunas advertencias. “Lo que ocurra aquí resonará en toda España”, una frase premonitoria de lo que iba a ocurrir minutos después a las puertas de la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol, sede del Gobierno regional.

Ayuso se ha dedicado durante sus veinte minutos de discurso a alimentar su papel de víctima frente a los “ataques” del Gobierno, por ejemplo, contra la capitalidad de la región. “Desde que Madrid es capital de España, hemos sido el centro del mundo Hispano, de Europa y del Mediterráneo. Hoy somos una de las regiones clave de la Unión Europea, admirada en el mundo”, ha asegurado.

La dirigente madrileña también ha tenido sus particulares mensajes contra catalanes y vascos, a la vez que defendía que Madrid siempre ha estado “abierta al mestizaje” o que “Madrid es de todos y de nadie”. “Quizá no lo estemos haciendo tan mal cuando, pasan los años, y en Madrid sigue sin haber charnegos, ni maquetos, ni forasteros”, ha dicho Ayuso, en clara alusión a los adjetivos despectivo​s que usaban en Catalunya y País Vasco en los años setenta para referirse a las personas que vivían en las regiones y que venían de otras comunidades. Ayuso ha defendido que el “separatismo” es la única dolencia que amenaza hoy España. “Unidad es lo único que le hace falta a este pueblo español y madrileño”, insistía mientras su equipo se dedicaba minutos después a provocar el choque contra el Gobierno.

Y es que si algo ha centrado el acto de este Dos de Mayo ha sido el enfrentamiento frontal contra el Gobierno en plena precampaña electoral. A 26 días de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo nada de lo que hacen y dicen los candidatos y los partidos es casual y en el PP de Madrid llevaban días alimentando la polémica por la asistencia del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, a los actos que organiza la Comunidad de Madrid por el día de la autonomía.

Bolaños ha asistido finalmente, a pesar de que desde el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso insistían en que no estaba invitado. El ministro ha tenido un asiento en primera fila durante la ceremonia de entrega de medallas. No así en la tribuna del desfile cívico militar donde el Gobierno regional ha decidido dejar fuera a Bolaños para subir al presidente del PP Alberto Núñez Feijóo.

“Lo que pase aquí resonará en toda España”, ha dicho la presidenta regional durante su discurso, aunque no se sabe si se refería a ese encontronazo con el Gobierno que ha protagonizado la jornada. De nuevo, Ayuso como contrapeso a Sánchez por encima incluso de Feijóo.

La polémica no es nueva en este tipo de actos desde que Ayuso es presidenta. Hace dos años, cuando quedaban solo dos días para las elecciones adelantadas del 4 de mayo, la presidenta regional condecoró a Nacho Cano que convirtió su discurso en un mitin a favor de Ayuso. Ese mismo año, Ayuso hizo el desfile militar junto al entonces jefe del PP, Pablo Casado. Dos años después y de nuevo con unas elecciones cerca, la dirigente madrileña decide convertir el día de Madrid en un acto de campaña con el enfrentamiento con el Gobierno en el centro.